Tercer y último libro que Echenoz dedicó a las
“biografías” de personajes bastante peculiares aunque, efectivamente, no se
trata de auténticas biografías. Esto se nota más en esta tercera entrega. En
ella el protagonista es Gregor si bien el autor se basa en la vida y la obra
del ingeniero Nikola Tesla dedicado a la invención de múltiples sistemas y
aparatos.
El libro tiene las mismas cualidades literarias que
los anteriores porque Echenoz es capaz de describir y contar las cosas con un
gran ingenio y de llevar al lector allí
donde él quiere. El problema con este libro es que el personaje protagonista
tiene, al menos para mí, mucho menos interés que los dos anteriores o, también
podría ser, está tratado de una manera más superficial. Sea como sea, el libro
no me ha despertado el mismo interés ni su lectura el mismo placer que los
otros.
Además, a partir del capítulo 24 o, lo que es lo
mismo, en las veinte últimas páginas Echenoz se dedica a hablar del papel que
tuvieron las palomas en los años finales de Gregor sin que se sepa muy bien por
qué, tanto espacio dedica que llega un momento en el que dice:
“Personalmente estoy harto de esas palomas. Ustedes
también lo estarán, me doy perfecta cuenta.. Estamos hartos y, a decir verdad,
ingratas y versátiles como son, ellas mismas están hartas de Gregor.” (p. 146)
Y es que, efectivamente, está uno harto de las
dichosas palomas. Luego me he enterado de que para Nikola Tesla fueron muy
importantes, las mensajeras sobre todo, para sus estudios sobre el magnetismo.
No obstante lo dicho, el libro en general se lee con
interés y con momentos especialmente curiosos como ese retrato de Edison como
un personaje bastante envidioso y manipulador o la descripción de la primera
aplicación de la silla eléctrica.
Magnífico y original escritor al que habrá que seguir
leyendo en alguna otra de sus facetas. Esta trilogía tiene además una
característica que suelo agradecer: la brevedad. Me encantan las novelas
cortas, aquellas en las que un autor es capaz de reflejar una historia en menos
de 200 páginas; las valoro especialmente.
Hay una breve reseña en unlibroaldia.blogspot.com en
la que aparecen un par de comentarios muy interesantes.
Jean Echenoz,
Relámpagos, Traducción Javier Albiñana.
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