Mi acercamiento a la obra de Piñeiro está siendo
rápido y constante. Esta es la quinta novela que leo en menos de un año y sigo
leyéndolas en forma muy desordenada pues se trata de una de las primeras que
escribió, 2005, y seguramente una de las más famosas al obtener el Premio
Clarín de novela, por un lado, y además ser llevada al cine en 2009 por Marcelo
Piñeyro.
A pesar de lo dicho no es de las que más me ha
gustado aunque el tema me parezca interesante y la técnica narrativa también.
La obra es una acerada crítica de esa clase media argentina que se aislaba en
los countries en los noventa cuando
la situación económica promovida por el gobierno menemista les hizo creer que,
como se dice por aquí, “todo el monte es orégano” y que luego, cuando llegó la
crisis, vieron como su situación se convertía en precaria. Piñeiro nos muestra
la vida en el country Altos de la
Cascada y la mentalidad de los miembros de esa clase: solidarios de mercadillo
de ropa usada para que la compren sus criadas, mucamas o empleadas domésticas;
con un fuerte clasismo e incluso alguna dosis de antisemitismo; viviendo una
vida muy regalada mientras el país se va hundiendo hasta que les toca a ellos.
Nada nuevo por otra parte en esos grupos sociales sean argentinos o de
cualquier otro país. (Hay que aclarar que el término clase media no se aplica
igual en Argentina que en España; aquí sería clase alta o clase media alta).
Para contar la historia Piñeiro emplea cuatro
parejas principales y un par más secundarias. Utiliza, como he visto que
será habitual en muchas de sus novelas, la primera persona que es casi siempre
la mujer del único protagonista masculino que no tiene trabajo desde el
principio de la historia, aunque otras veces no se sabe bien quién es la persona
que relata. También, de vez en cuando, acude a la tercera persona, pero es poco
frecuente. Esta forma de narrar da mucha fuerza al relato y hace que el lector
participe y se implique mejor en la historia.
Y, sin embargo, a pesar de todo lo dicho, creo que
hay algo que falla en la historia o en algunos personajes, lo cierto es que hay
momentos en que me ha costado creerme lo narrado. Hasta muy avanzada la novela
no se habla de los problemas económicos de alguna de las familias, cuando el
lector se ha preguntado ya varias veces cómo es que pueden llevar ese tren de
vida. Sí tiene, como suele ser habitual en la obra de la autora, elementos de
intriga aunque tampoco resulte demasiado creíble, al menos para mí, lo que
sucede ya que no parece algo lógico dado
el comportamiento que han tenido los personajes hasta ese momento. (No se puede
decir más por aquello del spoiler.)
En todo caso, tan recomendable como el resto de las
novelas de la autora de la que aún me quedan algunas pendientes de lectura.
Inmediatamente después de acabar la novela he visto
la película que me ha dejado sensaciones ambivalentes. Creo que explica algo
mejor el comportamiento de algunos personajes, pero al mismo tiempo trata menos
el tema central de la vida en el country.
Hay una reseña corta pero útil de Ernesto Calabuig
en elcultural.com.
Claudia Piñeiro, Las
viudas de los jueves.
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