Hacía muchísimo tiempo que no veía un libro del
autor en las librerías. Hay que agradecer una vez más a esta magnífica
editorial que es Cabaret Voltaire la publicación de una obra de un autor
marroquí tal y como viene haciendo con las de Mohamed Chukri o
Leila Slimani. Parece mentira que los poco más de 14 kilómetros que
separan Marruecos de España supongan, sin embargo, una lejanía cultural tan
grande.
Dice Ben Jelloun en la última frase del libro que ha
tardado casi cincuenta años para “atreverme a regresar a esa historia, a
encontrar las palabras para contarla.” (p. 186)
La historia es el período de diecinueve meses en los
que estuvo detenido, con otros 94 estudiantes, por haberse manifestado en 1965.
El régimen utilizó la excusa de que tenían que hacer el servicio militar y así
estuvieron bajo la vigilancia del ejército.
Cuenta en el libro el conjunto de malos tratos,
humillaciones y penalidades varias que sufrieron en una época en la que el
régimen de Hassan II fue especialmente duro tal y como han documentado varios
libros como, por ejemplo, Nuestro amigo
el rey de Gilles Perrault. En este sentido el texto no ofrece grandes
novedades, pero tiene de valioso la visión personal de alguien que tras la
experiencia se hizo escritor.
Ben Jelloun es un gran escritor y aquí lo demuestra
una vez más con una prosa precisa y una gran agilidad narrativa. Dice lo justo
y necesario y caracteriza muy bien con pocas palabras a varios de los militares
a los que tuvo que padecer.
Me han llamado la atención un par de referencias que
hace. Por un lado, aparece John Wayne criticado por su película sobre la guerra
del Vietnam (que, por cierto, es realmente horrorosa) pero valorado por las que
hizo con John Houston. Por otro lado, solo dispuso de un libro que le envió su
hermano y que fue nada menos que el Ulises
de Joyce del que afirma: “No me importaba no entender nada. Leía por leer.
Adoraba tragar las páginas, muy bien escritas, en ese entorno que anulaba todo
aquello que evocara la cultura, la inteligencia." (p. 72)
Un libro cuya lectura recomiendo y que tengo que
reconocer que a mí me ha traído a la memoria algún que otro episodio de mi
servicio militar en Ceuta aunque, obviamente, fue muy distinto de lo narrado
por Ben Jelloun.
Tahar Ben Jelloun, El castigo. Traducción Malika Embarek López.
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