No es muy habitual entre nosotros este tipo de libro
en el que un periodista y un político dialogan y debaten sobre temas de
actualidad. El otro que conozco fue el que en su día hicieron Felipe González y
Juan Luis Cebrián, pero era muy diferente en sus pretensiones y en los temas
elegidos. Para que un libro así se pueda hacer es necesario que ambos
participantes se respeten tanto personal como intelectualmente lo que sucede de
forma muy evidente en el caso del que ahora comento.
A Juliana le conozco desde hace tiempo. He leído La deriva de España y Modesta España que me parecen dos
magníficas reflexiones sobre el país en las que demuestra, además, sus grandes
conocimientos de todo tipo. Obviamente, también conozco a Iglesias del que
también he leído varios de sus libros y de los que sobre él se han escrito.
Este Nudo
España es un extenso texto de 444 páginas en las que abordan un conjunto
muy amplio y variado de temas que van desde la situación de Europa a lo
sucedido en Cataluña, pasando por la Transición y el ciclo electoral de
2015-2016 sin olvidar, claro está, la crisis económica.
Con un catálogo tan amplio de temas tan relevantes
este comentario se tiene que centrar en pequeños detalles y alguna pincelada
más general.
El libro merece la pena ser leído con detenimiento y
participando en la conversación en muchos momentos. Yo lo he hecho en el
capítulo dedicado a la Transición que, por otra parte, siendo el más extenso
del libro, me parece el más flojo o, para ser más preciso, el que está tratado
de manera menos sistemática y dejando muchos cabos sueltos.
También he de advertir que sobre la mayor parte de
los temas me han parecido más relevantes las reflexiones de Juliana que las de
Iglesias y, además, tiene la capacidad de volver a retomar los temas tras
algunas largas digresiones.
En forma muy sintética diría que de lo planteado por
Juliana destacaría: su reflexión al principio sobre cómo en Europa están
discutiendo y analizando la llegada de los robots y aquí seguimos con temas muy
caseros; los datos que aporta de las encuestas que Gallup hizo a principios de
los setenta; su análisis de los Pactos de la Moncloa y lo que explica sobre la
educación (reconozco que lo desconocía);
su explicación sobre cómo la política económica ha sido la misma desde 1959; la
comparación entre Grecia y Hungría tras la que concluye: ”Es más fácil
cuestionar el paradigma liberal-cultural que el paradigma liberal-económico.”
(p. 299) y, finalmente, los cuatro puntos que da para caracterizar a Aznar del
que merece la pena reproducir el tercero por su actualidad: “cuando el PSOE
gobierne, no dejar que se asiente, zarandear el tablero para evitar toda
sensación de normalidad.” (p 428)
Iglesias tiene también interesantes intervenciones
en el debate, si bien comete el error de hacerlas a veces demasiado extensas
–tres o cuatro páginas-, con lo que se pierde un poco el hilo. Hay bastantes
cosas que me han llamado la atención, pero destacaré solo alguna: muy
interesante la comparación que hace entre la generación actual y las
diferencias con las anteriores, sobre todo con la mía; muy poco clara la distinción
que hace entre Errejón y Mayoral y, por encima de todo, las alusiones en
diferentes momentos a la moderación necesaria en Podemos. Dejo algunos
fragmentos como muestra:
“PI: Es que estamos demostrando pragmatismo en
muchos planos. Una de las cosas que nos sorprendía de nuestras encuestas
internas era que, en realidad, las exigencias de nuestro electorado muchas
veces son más modestas que nuestros propios planteamientos programáticos.” (p
20)
“PI: Por eso es importante no apedrear a las
generaciones que apoyaron masivamente al PSOE y que se conformaron con cosas
que luego se han revelado insuficientes o disfuncionales. (…)
O somos capaces de mostrar respeto y ser conscientes
de que lo que la gente desea en un país del sur de Europa es, por encima de
todo, bienestar y tranquilidad, y no una revolución que implique asaltar el Palacio de invierno y
quemar a los traidores, o no ganaremos nunca.” (p. 165-166)
Como decía al principio, un libro en el que se
abordan temas tan importantes y con
tanta repercusión da para comentar infinidad de aspectos tanto de las líneas
generales como de algunas opiniones o informaciones que se ofrecen, pero no es
el espíritu de las entradas que hago en este blog. Sí lo es recomendar su
lectura y animar a ese diálogo con el texto del que hablaba.
No quiera terminar sin dejar constancia de mi total
coincidencia con la siguiente afirmación de Juliana que quienes me conocen
saben la cantidad de veces que digo algo parecido:
“EJ: Me pongo nervioso cuando se utiliza el nombre
del fascismo en vano. Muchas veces la gente no sabe de qué está hablando.” (p.
312)
Pablo Iglesias y Enric Juliana, Nudo España.
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