No
es la primera vez que me pasa empezar un ciclo narrativo por el final que es,
precisamente, lo que me ha sucedido con el ciclo de Tisma, Ramas entrelazadas, ya que leí hace tiempo El Kapo, es decir, el último en publicarse, y ahora leo El libro de Blam que fue el primero. De
todas formas no creo que sea demasiado importante porque cada libro tiene
diferentes protagonistas aunque las historias sí que suelen transcurrir en
momentos muy parecidos.
Leyendo
el comentario que hice de El Kapo
hace más de dos años veo que coincido ahora con la magnífica escritura de Tisma
(seguramente realzada por un traducción muy buena) y con su gran capacidad
narrativa, sin embargo tengo que discrepar
sobre el interés ya que en este caso se ha mantenido a lo largo de toda
la novela.
Novi
Sad, como en todo el ciclo, es el
espacio en el que se mueven los diferentes personajes algunos de los cuales son
más relevantes que el Blam protagonista. Así, su hermana Ester o su amigo
Cantimplora. El autor utiliza frecuentemente el flashback y reconozco que a
pesar de lo bien que está hecho en alguna ocasión me he perdido un poco.
(Obviamente es un problema mío.)
Hay
mucho de vida cotidiana antes, en y después de la guerra y un tema que
atraviesa toda la novela: la represión de los judíos por parte de las fuerzas
de ocupación; tema que aparece de vez en cuando y en el que tiene un papel
principal la historia de la mencionada hermana. Eso sí, en comparación con lo
que pasaba en El Kapo, donde se
expresaba de forma muy abierta la violencia, aquí llega a parecer que recibe un
tratamiento que me atrevería a calificar de algo frío.
Extraigo
de la magnífica reseña de Montuenga en unlibroaldia.blogspot.com el
siguiente extracto que resume muy bien el estilo de la obra:
“La
ciudad natal de AleksandarTišma, NoviSad, se convierte en un personaje más
dentro del entramado, literariamente complejo aunque muy sencillo en la forma,
en el que Tišma envuelve a sus
lectores, concienzuda y sibilinamente. Esto es así porque hablamos de una
novela impresionista, construida a retazos, en una prosa concisa y sencilla y
con todo el oficio y lirismo posibles, donde tanto pasado y presente como
acontecimientos, emociones e ideas se entremezclan en un desorden perfectamente
organizado. En ella todo es relativo, por ejemplo, no podemos considerarla
realista aunque transmite fielmente la realidad.”
Reproduzco
también un breve texto de los varios que la editorial ha puesto en su página
web porque ofrece otra interesante perspectiva:
“El relato de las vicisitudes humanas del personaje central
y de los que le rodean está cargado de ternura, de un lirismo a veces de
cortante intensidad”.
Ramón Sánchez Lizarralde, Revista de Libros
Ramón Sánchez Lizarralde, Revista de Libros
En fin, un libro que anima a
continuar con el ciclo porque promete momentos intensos e interesantes. Por cierto que de Tisma ha
publicado Acantilado una novela corta, A las que amamos, realmente
magnífica cuya lectura fue de hecho lo que me animó a conocer más su obra.
Aleksandar
Tisma, El libro de Blam. Traducción
Luisa Fernanda Garrido y Thiomir Pistelek.
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