Esta escritora nacida en Praga pero residente en
Barcelona desde hace muchos años y que escribe en castellano, ha aparecido ya
en el blog en dos ocasiones. Por una decepcionante novela y por un magnífico
libro sobre la vida de Svetlana Stalin, la hija del dictador.
En este libro cambia radicalmente de registro. En el
año 2008 fue a Moscú donde se entrevistó con varias mujeres que habían sido
represaliadas en el Gulag en diferentes momentos. Posteriormente, entrevistó a
otras dos rusas en París y a una polaca
en Londres. Con todo ello, y a partir de
las narraciones de las nueve mujeres, Zgustova pretende ofrecer al lector una
imagen de lo que fue aquella época para mucha gente.
Como ya advertía recientemente al comentar el libro
de Lilianna Lunguina, Versión original,
no hay aportación de grandes novedades; quien haya leído cualquiera de los
libros de Evgenia Ginzburg, Anna Lárina y
Nadiezhda Mandelstam e incluso el de Margarete Buber-Neumann, ya ha tenido
ocasión de comprobar la arbitrariedad, la sinrazón, la dureza y la extensión
que tuvo la represión en la época estalinista. En este que ahora comento puede
encontrar, eso sí, diferentes casos y narraciones muy resumidas en las que se
recogen hechos y situaciones como las de cualquiera de los libros mencionados.
Es, en definitiva, un buen resumen y una
buena introducción al tema.
La única novedad que he encontrado es
que algunas de las entrevistadas, tal y como menciona la autora en la
Presentación, llegan a hablar de experiencia positiva su estancia en los campos
de trabajo por lo que supuso de conocimiento de ellas mismas, de superación y
de valoración de la amistad. Evidentemente, no lo dicen todas pues hay quien
también afirma que: “El gulag fue una pérdida de tiempo, de salud, de energía.
(…) No, desde ningún punto de vista mi experiencia en el gulag valió la pena.”
(p. 128)
Las causas de las detenciones y
deportaciones abarcan un amplio espectro: desde la afirmación de que la
penicilina americana era mejor, lo que le supuso a la autora de la frase 10
años de condena, a la simple detención tras la denuncia de alguien que lo que
pretendía era ocupar su piso.
Las penalidades por las que pasaron
las nueve mujeres que ha entrevistado, y algunos otros casos que ellas cuentan,
abarcan todo lo que uno se pueda imaginar y más. Lo realmente difícil es
entender cómo lograron sobrevivir. Quizá, como afirma la polaca Janina Misk:
“¿Cómo pude sobrevivir a todo esto? Tal vez gracias a la esperanza de que todo
terminaría y vendrían tiempos mejores. Esa esperanza absolutamente ilógica no
me abandonó nunca.” (p. 200) Hay también un elemento común a todas las
entrevistadas y es que se trataba de mujeres jóvenes cuando estuvieron en los
campos.
En este sentido Zgustova comenta los
problemas físicos que padecen la mayoría de ellas en el momento de la
entrevista y que son consecuencia directa de los padecimientos y el hambre que
tuvieron que soportar.
En fin, se trata de un libro muy
interesante aunque no siempre fácil de leer. De hecho creo que la mejor
recomendación es ir espaciando la lectura y en ningún caso leerlo de forma
seguida, por un lado, por la dureza de las historias, pero, además, porque
resulta fácil terminar mezclando las historias.
Hay una reseña de Anna Caballé con más
información en elpais.com
Monika Zgustova, Vestidas
para un baile en la nieve.
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