A lo largo de este año he leído dos libros del ciclo
Ramas entrelazadas en el que Tisma
escribe sobre los momentos de la guerra y la inmediata posguerra en Novi Sad, su ciudad natal. Aún me quedan otros dos para
terminar el ciclo. El que ahora comento es diferente. Se trata de un conjunto
de nueve relatos en los que no se dice dónde se desarrollan, aunque se supone
que es en la ciudad citada, y en varios
tampoco se sabe muy bien cuándo, aunque todos transcurran después de terminada
la guerra.
Tisma es un magnífico escritor tanto por su estilo
como por la profundidad de lo que cuenta. En sus novelas suele partir de
distintos personajes y los va alternando en los capítulos; aquí, lógicamente,
no puede utilizar esa técnica, pero consigue que varios de sus relatos sean
auténticas novelas cortas y, sobre todo, logra una gran intensidad dramática.
Prácticamente en todos tiene una fuerte presencia la
violencia y en muchos la violencia de género, De hecho son mujeres la mayoría
de los personajes que son asesinados en los diferentes relatos. Solo en uno es
una mujer la que comete el asesinato matando
a hachazos a quien la había engañado y pegado.
Los personajes de estas historias pertenecen en su
mayoría a lo que podríamos llamar clases populares, son gentes con muchas
carencias y no solo económicas y, además, por lo general bastante infelices.
Creo que de alguna manera Tisma pretende dejar constancia de cómo quedó su sociedad
después del conflicto bélico.
Los dos primeros relatos no me han gustado
especialmente, pero a partir de ahí me
he ido metiendo en las diferentes historias de las que destacaría tres: Todo su yo, Personalidad y, el más
largo, La tormenta.
Hay que decir también que si bien el autor en
algunos momentos no ahorra las escenas duras, tampoco se regodea en ellas.
Un buen libro para acercarse a un escritor que ha
aportado una obra no muy extensa, pero sí creo que importante para el
conocimiento de lo que sucedió en la guerra y tras ella en una zona de
Yugoslavia.
Aleksandar Tisma, Sin un grito. Traducción L.F.Gallardo y T. Pistelek.
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