A pesar de lo mucho que he leído sobre el tema de
los campos de concentración y de exterminio –como está reflejado en la entrada
correspondiente de la sección del blog Mis
temas recurrentes-, el tema nunca queda agotado, bien sea porque aparecen
libros con reflexiones sobre lo ocurrido, bien, como es el caso, porque aportan
vivencias desde otros puntos de vista. En este caso, se trata de un libro
escrito por un médico holandés que, además, coincidió en el campo con su mujer
con la que pudo tener algún tipo de relación.
En una Nota escrita por la familia para la presente
edición se dice:
“Lo importante de Auschwitz: última parada es que fue escrito durante la guerra y en
el campo de concentración. El texto ni se ha adaptado ni se ha visto influido
por recuerdos cambiantes o por conocimientos que no se han adquirido hasta más
tarde, tras la liberación, lo que convierte la historia en algo fresco y
sincero, concediéndole un gran valor histórico.” (p. 236-237)
Esta es otra de las características del texto, su inmediatez
que si bien le resta algo de agilidad en la narración, le confiere una gran
verosimilitud y cercanía. También es bastante novedoso el hecho de utilizar un
personaje ficticio, Hans, para erigirlo en protagonista contando la historia en
tercera persona, en lugar de, como es lo habitual en este tipo de libros,
contarla en primera persona como recuerdos o memorias que son. Se tiene así a
veces la sensación de que se está leyendo una novela.
Es curiosa la historia de las ediciones del libro.
La primera se hizo en 1946 en una editorial comunista que quebró enseguida con
lo que el libro cayó en el olvido. Hasta 1980 no se volvió a editar en una
editorial que pronto se arruinó y volvió a desaparecer. Ha sido ahora, 75 años
tras la liberación, cuando se ha vuelto a reeditar a nivel mundial y expuesto
por todas partes el cuaderno original en que fue escrito.
El libro tiene el valor testimonial que tiene todos
estos libros. Aquí, además, está muy enriquecido por el hecho de que también
estaba en el campo su mujer, Friedel, con la que se había casado recientemente
durante la estancia de ambos en un campo de tránsito antes de ser deportados a
Auschwitz. Precisamente será ella quien le cuente los experimentos para la
esterilización que están haciendo en el block de las mujeres, a veces con
imágenes muy duras. También se narra un interesante debate sobre el carácter
científico de estos experimentos.
Dentro de ese carácter testimonial son interesantes
las descripciones que hace, sobre todo al principio, de aspectos de la vida
cotidiana: levantarse, lavarse, limpieza, hacer las camas, desayuno,…o la
distribución “clasista” en las literas: arriba los prominentes, abajo la gente
normal.
Además de lo referido por Friedel, no faltan otras
imágenes sobre la dureza que aparecen más al final del libro. Así, un polaco
cuenta las barbaridades que hacen los alemanes con los niños, o las narraciones
de los supervivientes de Birkenau que se van encontrando cuando ya los SS han
huido sobre el funcionamiento de las cámaras de gas y de los crematorios. No
obstante, estos son temas bastante más conocidos porque han sido contados en
muchos libros tanto de supervivientes como de investigadores.
En un libro como este no puede faltar una alusión,
aunque sea mínima, a la responsabilidad del pueblo alemán. Así:
“- ¿Crees entonces que la responsabilidad es solo de
las SS o, mejor dicho, del partido? – preguntó Kabeli-. ¿Son entonces ángeles
el resto del pueblo alemán?
-Desde luego que no –admitió Hans-. Todo el pueblo alemán
es responsable. Ahora están perdiendo la guerra y renegarán de sus dirigentes,
pero si la hubieran ganado, nadie le habría preguntado nunca al Führer por los
métodos que había utilizado ni dónde estaban todos los comunistas y los
judíos.” (p. 222)
Un testimonio más que añadir a la ya larga lista de
los existentes, eso sí, con algunas
aportaciones novedosas de las que ya he dejado constancia.
Hay una interesante reseña de Bruno Pardo en abc.es.
Nota: Que el tema no se agota lo demuestra que, en
estos momentos, tengo tres libros recientes sobre el Holocausto en general y
Auschwitz en particular en el estante de libros pendientes.
Eddy de Wind. Auschwitz:
última parada. Cómo sobrevivir al horror (1943-1945). Traducción Julio
Grande.
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