El autor, tal como dice la
editorial en la solapa, es un escritor, poeta y aventurero si bien sus
aventuras no se han realizado principalmente en el Himalaya, zona a la que
dedica este extenso, más de 500 páginas,
y muy irregular libro.
Lo compré con mucha ilusión porque
me fío mucho de una editorial que ha publicado magníficos libros en esta
colección, y me interesa el tema de los viajes y las ascensiones a las
diferentes montañas de esa inmensa cordillera.
El problema con el que me he
encontrado es esa irregularidad que hace que haya capítulos enteros, sobre todo
al principio, difíciles de leer. Así, apenas he podido seguir las explicaciones
sobre los ríos de la zona, me he perdido cuando desarrolla el tema del budismo
y lo mismo con los mapas y sus explicaciones sobre el geoide y el esferoide.
Seguramente son temas interesantes para muchas personas, de hecho también lo
son para mí, pero no tratadas de esa forma.
Menos mal que en otras partes de
las cinco en que ha dividido el libro sí que hay otros temas y otras historias
que hacen la lectura muy amena, entretenida e interesante. Así, por ejemplo, lo
que cuenta de los pioneros, el relato que hace del viaje del famoso Messner y
su hermano, la discusión sobre la existencia o no del Yeti, la narración del desastre
de 1996 en el que murieron muchos montañeros o toda la parte cinco que está
dedicada a un territorio, Nagaland, situado entre la India y Birmania, del que
desconocía totalmente su existencia.
Para el desarrollo de los temas
se basa bastante en los textos de los protagonistas lo que aporta mayor
verosimilitud al relato.
En general, Twigger gana mucho
cuando se pone a contar historias porque es un buen narrador y pierde cuando se
mete en explicaciones teóricas. Además, en algunos momentos da la sensación de
que alguna de las partes se ha compuesto a partir de artículos previamente
escritos y seguramente ya publicados porque se producen saltos, sin que haya
solución de continuidad, que despistan al lector.
Finalmente, se aportan un
conjunto de fotografías que también me parece que podrían haber sido bastante
mejores; el lugar desde luego lo merece.
Por todo lo dicho, el libro me ha
decepcionado aunque me alegro de haberlo leído porque, como buen aficionado a
la montaña que fui, he encontrado momentos muy buenos y magníficas
descripciones de algunos de los viajes sobre todo de los pioneros en las
ascensiones a los ocho miles.
Robert Twigger, La montaña blanca. Viajes reales e imaginarios
por el Himalaya. Traducción David Paradela.
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