Esta novela está
escrita por alguien que nació en Buenos Aires, se crio en Estocolmo y trabaja
en la universidad de Columbia. De hecho, la historia se desarrolla en Estados
Unidos en el siglo XIX, su protagonista es un emigrante sueco y está escrita en
inglés.
Reproduzco el último
párrafo de la magnífica y muy completa reseña de Marc Peig en
unlibroaldia.blogspot.com porque creo que resume a la perfección las ideas que
el libro transmite:
“Este un relato que trata sobre
la soledad, la confianza en uno mismo y la desconfianza hacia los demás, el
auto conocimiento y la superación, el aprendizaje necesario para sobrevivir, no
únicamente respecto al mundo sino también respecto a uno mismo, a tolerar los
defectos y conocer las virtudes, a mirar el mundo con generosidad y abierto a un
aprendizaje vital sin el cual la travesía es incompleta y a aceptarse y
encontrar aquello que desconocíamos que buscábamos: nosotros mismos. Porque en
todo este trayecto, lo que queda a lo lejos, en el horizonte, es únicamente un
mero objetivo que perseguimos mientras conseguimos lo verdaderamente
importante: formarnos como personas mientras buscamos nuestro lugar en el mundo.”
Para ello, el autor nos cuenta la historia de Häkan Söderström
que emigra junto con su hermano Linus a Estados Unidos, pero que se equivoca de
barco y termina en California cuando debería haber llegado a Nueva York donde
supone que sí habrá llegado Linus. A partir de ahí todo su afán será
desplazarse hacia el este para encontrarse con él. En ese desplazamiento le
sucederán infinidad de cosas al toparse con todo tipo de personajes, muchos de
los cuales no le facilitarán precisamente la vida. Entre ellos hay desde un
científico que busca restos que le confirmen sus extravagantes teorías sobre el
origen del hombre, hasta buscadores de oro o peculiares religiosos, pero sobre
todos destaca la figura del protagonista principalmente a partir del momento en
que tiene que arreglárselas totalmente solo en un ambiente hostil tanto por la
gente como por la misma naturaleza. En este tramo de la narración la novela
adquiere su mayor intensidad y están las mejores páginas de esta, por otra
parte, espléndida novela.
El libro es pues una novela de
aventuras que se desarrolla en los parajes del oeste del país aunque no se
trata propiamente de un western, al
menos tal y como se entiende este término habitualmente. Aventuras que están
muy bien escogidas y muy bien narradas -quizá se sale un poco del ambiente
general la mencionada historia del
científico-, de forma que mantiene siempre la atención del lector que está deseando
saber por dónde seguirá su camino y hasta dónde podrá soportar los múltiples
padecimientos a que se ve sometido a lo largo de una gran cantidad de años. Hay
que aclarar que no se da información ni de los años en los que suceden los
hechos, ni de los lugares concretos, ni del tiempo en el que transcurre.
Una historia así merecía tener un
buen final y creo que Díaz lo ha bordado; es lo que un protagonista así
demandaba.
Un libro muy recomendable porque,
además, es raro encontrar en la literatura que se hace actualmente un texto de
estas características no tanto por los temas de fondo que trata, bastante
literarios, sino por el lugar y la época en los que sitúa la acción.
Para una información más completa
remito a la reseña mencionada al principio.
Hernán Díaz, A lo lejos. Traducción Jon Bilbao.
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