martes, 19 de enero de 2021

Otro interesante escritor francés


Desde hace un tiempo, desde que conocí la obra de Emmanel Carrère, soy un gran aficionado a lo que se está llamando “no ficción”, signifique lo que signifique este término. He ido descubriendo poco a poco a otros escritores franceses que también practican esta forma de hacer literatura y por eso me extraña que se me pasara este magnífico libro de Jablonka. No tenía ni idea de su existencia a pesar de estar publicado por la editorial que ha publicado los principales libros de los autores franceses que escriben en esta línea. Lo descubrí por una cita en una reseña, y después de leerlo me faltan palabras de agradecimiento para quien me lo descubrió.

Es un libro realmente extraordinario que está entre los mejores que he leído en los últimos tiempos. Y lo es por muchos motivos: por el tratamiento que da a un tema tan potencialmente conflictivo, por su amplitud de miras, por su humanismo, por su construcción a partir de saltos en el tiempo y el espacio perfectamente medidos y explicados, por el cuidado con el que trata a los personajes principales, por la comprometida crítica política y por un largo etcétera.

El propio Jablonka afirma casi al final del libro:

“Mi apuesta es que, para comprender un suceso en cuanto objeto de historia, hay que volcarse hacia la sociedad, la familia, el niño, la condición de las mujeres, la cultura de masas, las formas de violencia, los medios, la justicia, lo político, el espacio de la sociedad…”. (p. 378)

 Es decir, para comprender el brutal asesinato y posterior descuartizamiento de una joven de 18 años que se produjo en 2011, que ese es el suceso que se investiga en el libro, hace falta todo eso si se quiere que se convierta en “objeto de historia” que es, precisamente, lo que pretende el autor que no en vano es profesor de la materia en una universidad de París.

Pero no estamos ante un libro de historia sino ante un texto mucho más amplio en su contenido y su sentido. En palabras de Jérôme Garcin en Le Nouvel Observateur:

“La increíble fuerza de este libro viene de su forma híbrida –ensayo histórico, indagación sociológica, estudio político, alegato feminista, panfleto contra el patriarcado, novela de no ficción, relato autobiográfico- y del absoluto compromiso, tanto intelectual como afectivo, del autor”. (Reproducido por la editorial en la contraportada)

Indagación sociológica porque investiga el ambiente social de los protagonistas; alegato feminista por el tratamiento que hace de los varios casos de abusos sexuales que cuentan; relato autobiográfico porque, aunque pocas veces, salen a relucir de vez en cuando algunos aspectos del autor; novela sobre todo por la forma de narrar los hechos que en su inmensa mayoría se basan en la realidad (más allá de alguna especulación sobre cómo pudieron suceder algunos hechos que la investigación judicial no logró cerrar del todo).

Todo eso convierte a este libro en una lectura adictiva, uno de esos libros que cuesta dejar y que se lee con gran rapidez, demasiada quizá al dejarse llevar por la ansiedad de saber más, a pesar de sus más de 400 páginas.

Como se puede comprender por lo dicho  hasta ahora son muchos los temas que van saliendo a medida que se entra en la historia. Evidentemente, el principal es lo que se narra sobre la víctima y su hermana melliza, pero al mismo tiempo hay otros aspectos colaterales que a mí me han interesado mucho porque, además, me han recordado situaciones parecidas vividas en España en los últimos años. Así: el papel que juega el periodismo y cómo se puede hacer bien aunque no sea lo más habitual; las reflexiones que hace sobre la reincidencia y la cárcel como “escuela del crimen”; la politización que se produjo cuando el presidente Sarkozy entró en acción para aprovecharse y modificar leyes; o la situación de falta de medios de la justicia que queda reflejada y que condujo a una importante huelga por este caso ante los ataques a la Junta de Tratamiento Penitenciario. En otro orden de cosas también destacaría el magnífico resumen que hace de la vida y circunstancias del asesino y lo difícil que me ha resultado leer lo que escribe sobre la autopsia de Laëtitia.

Para terminar este comentario reproduzco un fragmento de la reseña de Elvira Lindo en elpais.com

“(…)  lo que nos atrae de sus páginas es el puro brillo de la verdad y su consecuente denuncia política. Nos cuenta y al mismo tiempo nos interroga, apela al sentido real de la justicia de los que nos tenemos por justos. Pero tiene algo que le diferencia del trabajo al uso del historiador: Jablonka no pretende ser objetivo, ni frío, ni distante. Él, profesor, cultivado, cosmopolita, parisiense, editor, padre de dos hijas que duermen felizmente cada noche, ama a la niña descuartizada. A lo largo del libro la abraza con sus palabras, la convierte en heroína y casi estoy por afirmar que esa reverencia por Laëtitia Perrais es la verdadera esencia de este elaboradísimo trabajo”. 

Un libro muy recomendable, me atrevería a decir, como hace Lindo en el título de su reseña, que imprescindible.

Hay también una buena reseña de Nataly Villena en lascriticas.com.

 

Ivan Jablonka, Laëtitia o el fin de los hombres. Traducción Rocío Montoya.

 

                                             

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