No obstante, de vez en cuando me gusta leer también algo de lo que se
escribe por aquí y, en este caso, me llamó la atención que este libro fuese
considerado el mejor del año 2020 por la votación de 100 críticos, escritores y
periodistas organizada por Babelia.
Además, compitió con libros como Nunca
digas nada o Poeta chileno y con
autores como Annie Ernaux, Éric Vuillard o Leonardo Padura, por citar solo
algunos títulos y nombres que conozco y me gustan mucho.
Evidentemente, como pasa con esas películas que todo el mundo te
recomienda, no es la mejor manera de enfrentarse a una lectura y, sin embargo,
la novela me ha gustado incluso algo más de lo que me esperaba.
La historia transcurre en un pueblo pequeño al que se ha trasladado una
joven, Nat, sin que sepamos muy bien por qué. Un pueblo en el que habitan un
hippie de la rama solidaria y afectuosa; un extraño personaje, el alemán, del
que tampoco sabemos casi nada; un matrimonio mayor en el que la mujer padece
Alzheimer; una familia que solo pasa los fines de semana y que son los vecinos
de la protagonista; y un casero que es el personaje más negativo y siniestro de
la novela.
Mesa ha dividido la obra en tres partes. En la primera nos presenta a
los distintos personajes y hace que el lector se interese por lo que pueda llegar
a pasar. En la segunda, la más intensa, en la que aparece no el amor, a pesar
del título, sino la obsesión de Nat. La tercera se dedica a convertirla casi en
un pequeño thriller, con algunos
giros de guion.
No obstante, lo más interesante de la novela, o al menos lo que me ha
resultado más atractivo, es cómo logra Mesa trasladar al lector al ambiente
físico y psicológico de ese lugar; cómo crea una atmósfera para que cosas que
no tienen demasiada explicación, como por ejemplo esa obsesión mencionada, el
lector pueda aceptarla.
Como dice Juan G.B. en su reseña en unlibroaldia.blogspot.com, una reseña por cierto no muy favorable al libro:
“Además, es indudable que talento para la prosa no le falta: cualquiera de sus párrafos, sueltos, muestran bastante calidad literaria; pero, sobre todo, sus novelas, me hayan gustado más o menos, denotan un interés por hacer ficción, por contar historias ajenas a sí misma…”
Claro que más adelante continúa así:
" (...) por mucha empatía que pueda suscitar el personaje, la exasperación que produce, ella y la novela en general, la supera”.
Una opinión diferente tiene Nadal Suau en su crítica hecha en elcultural.com:
“Mesa demuestra otra vez que es una autora inconfundible en su manejo de los silencios, los hechos expuestos sin consuelo ni explicación, la brevedad afilada
La mayor incomodidad en Un amor, como en la realidad, es que resulte imposible reducirla a un dictamen de parte o a catálogo de arquetipos morales. Sus aristas se presentan bajo una prosa de limpieza desconcertante, escueta, ágil: se lee con la velocidad que asociamos al disfrute”. (Subrayado en el original)
En este caso tengo que situarme en una posición intermedia entre ambas críticas. Es cierto que la protagonista produce cierta exasperación en varios momentos, que hay quizá demasiadas cosas sin ninguna explicación, pero al mismo tiempo, está muy bien escrita y se disfruta de su prosa.
Dese luego yo no la votaría
como el mejor libro del año, pero es una buena lectura.
Sara Mesa, Un amor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario