Una entrega muy variada en géneros y procedencia. En las
películas predominio estadounidense, pero desde un documental a un musical. En
las series se alternan la comedia y el crimen. No hay nada inolvidable, pero
tampoco nada rechazable. Una buena nota media.
Películas
The year earth. Documental
estadounidense narrado por David Attenborough que refleja algunos de los
cambios que se han producido en la naturaleza por el confinamiento y la
disminución de los movimientos debidos al covid. Muy interesante y con imágenes
bastante curiosas tanto de presencia de animales en zonas urbanas, como de
mejoras en la situación de algunos animales como, por ejemplo, tortugas,
ballenas, etc.
In the Heights.
Está basada en el musical de Broadway y refleja la vida en el barrio de
Washington Heights, un barrio habitado muy mayoritariamente por gente
procedentes del mundo hispano. Tiene algunos números con una coreografía
impactante y las canciones tampoco están mal sin ser tampoco espectaculares.
Algunas notas interesantes sobre la vida, los deseos y las ambiciones de ese
mundo.
El robo del siglo. Una
película argentina basada en hechos reales. Se trata del robo de un banco por
un variopinto grupo que, eso sí, lo planeó concienzudamente. Resulta bastante
entretenida y con sentido del humor. También tiene, como es habitual en esa
cinematografía, buenas interpretaciones.
Cómo sobrevivir en un
mundo material. Película estadounidense de lo que llaman cine “indie”. No
conocía a la directora, pero tiene que ser alguien muy especial para que se le
ocurra una historia así. Es una película bastante rara y original en la que me
ha costado un poco entrar, pero eso sí, una vez que te dejas llevar por los
personajes resulta hasta emotiva en muchos momentos. Trata de la familia, la
soledad, los afectos, la amistad y el dinero.
Series
Los Durrell. Serie
británica de 6 episodios de unos 45 minutos cada uno. Está basada en La
trilogía de Corfú de Gerald Durrell y narra los primeros tiempos de la vida de
la familia en esa isla mediterránea a la que se trasladaron desde Inglaterra.
Muy entretenida y con un conjunto de personajes, tanto de la familia como
habitantes de la isla, muy variado y curioso.
Escena del crimen.
Miniserie documental estadounidense de 4 episodios de casi una hora cada uno.
Trata el caso de la desaparición, en 2013, de una joven que se hospedaba en el
hotel Cecil de Los Ángeles que luego apareció muerta en los depósitos de agua
de la terraza del hotel. Se reconstruye el caso con entrevistas a policías, la
directora del hotel, el empleado que la encontró, periodistas y muchos
“ciberinvestigadores”. Al principio resulta interesante sobre todo porque se
explica muy bien cómo es la zona en la que está el hotel y se aprecia la penosa
situación social de una zona del centro de la ciudad. El problema es que es una
serie bastante tramposa. (Y no puedo ser más explícito por si alguien la quiere
ver).
El gran fondo.
Serie noruega de 10 episodios de menos de 30 minutos cada uno. Los
protagonistas de esta comedia trabajan en el fondo público de pensiones que
gestiona el dinero que se obtiene del
petróleo. Humor noruego que, además, se basa en varios capítulos en la visión
que tienen de los suecos, rusos, del trabajo para el estado, etc., es decir,
toman elementos de la sociedad y los pasan por el tamiz del humor. Entretenida
aunque cueste un poco entrar en ella.
Los crímenes de
Pembrokeshire. Miniserie británica de solo tres episodios de unos 45
minutos. Basada en hechos reales cuenta la investigación por unos crímenes
cometidos en Gales a finales de los ochenta pero que estaban sin resolver.
Hacen una buena síntesis de la investigación y resulta entretenida sin más.
Todas las criaturas
grandes y pequeñas. Serie británica de 6 episodios de 45 minutos cada uno.
Se trata de una comedia amable, basada en una novela, en la que se cuenta la
vida en una pequeña población rural del norte de Inglaterra de unos
veterinarios que tienen que hacer frente a los diferentes problemas que surgen
a los animales del pueblo. A mí me ha entretenido y me ha dejado un buen sabor
de boca. Eso sí, es tremendamente británica.
El padrino de Harlem.
Serie estadounidense de 10 episodios de unos 50 minutos cada uno. Está basada
en hechos reales. Se desarrolla en el año 1963, el año de la marcha sobre
Washington y del asesinato de Kennedy. El protagonista es Bumpy Johnson, un
narcotraficante y jefe de banda negro que colabora y/o compite con las cinco
familias italianas de la mafia. Hay mucha violencia y muchas jugadas
estratégicas por parte de todos. También tiene un papel relevante Malcolm X. La
serie tiene buenos momentos, resulta entretenida y le falta quizá profundizar
más en la situación de los negros y explicar mejor sus diferentes estrategias.
Dinero fácil.
Serie sueca de 6 capítulos de unos 45 minutos cada uno. Un thriller un tanto
diferente de lo habitual en las series nórdicas. Alterna el mundo de las
finanzas con el del tráfico de drogas a partir de la presencia en ambos de su
protagonista femenino, magníficamente interpretado por cierto. Resulta curioso
que en el mundo de las finanzas casi todos sean suecos “blancos” excepto la
protagonista, y en el mundo de las drogas casi todos sean suecos de orígenes
diversos, mayoritariamente de Oriente Medio, excepto un chico de 15 años. Tanto
los creadores como el director tienen apellidos típicamente suecos. Bastante
original, muy entretenida y con algún apunte sociológico interesante.
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