Creo, y espero, que me va a pasar con esta escritora lo
mismo que me sucedió con otro escritor nórdico, Per Olov Enquist. De este leí
primero sus memorias que me causaron tanta impresión que luego fui leyendo todo
lo que se publicaba. En el caso de Ditlevsen, las memorias muestran también a un
personaje tan interesante como el de Enquist y, desde luego habrá que estar
atento a la casi segura publicación de alguna de sus novelas.
En esta edición se publican conjuntamente los tres libros
que la autora dedicó a contar una parte importante de su vida. Los dos
primeros, Infancia y Juventud, se publicaron por separado en
1967, y el tercero, Dependencia, en 1971. Por lo tanto fueron escritos
cuando tenía ya cincuenta años (había nacido en 1917). El título ya indica con
bastante claridad de qué tratan los primeros; la dependencia que anuncia el
tercero se refiere a las drogas o, más exactamente, a medicamentos de los que
se convirtió en adicta (por cierto, gracias a las recetas de su tercer marido
que era médico).
Dice Elvira Lindo en su reseña endivagancias.com:
“(…)
hipnotizada desde las primeras páginas por una prosa entre descarnada e
irónica, sintética, bella en su falta de retórica (…) Tras la lectura de estas
memorias hipnóticas, a veces macabras, irónicas, dolorosamente verdaderas, se
queda una durante días atrapada en el universo Ditlevsen”.
Me parece
difícil resumir en menos palabras lo que se siente con la lectura de este
libro. Un libro que se convierte en adictivo casi desde las primeras líneas
gracias a una escritura que dice todo lo que tiene que decir con esa prosa
directa y esa sinceridad que no repara ni tan siquiera en reflejar como
positivo un intento de abuso sexual cuando era muy joven porque era una forma
de ver que interesaba a los hombres.
Sobre el
contenido concreto y mucha información sobre lo que se cuenta en el libro
remito a la completísima y magnífica reseña de Marc Peig en
unlibroaldia.blogspot.com.
A mí me
gustaría solo comentar algunas cosas tanto de la forma como del fondo. Sobre lo
primero, además de lo ya destacado, me ha parecido realmente buena la manera de
introducir los diálogos en el texto que hacen que este fluya con gran agilidad.
Sobre el fondo me han parecido interesantes, más allá de los avatares de una
vida muy complicada tanto material como psicológicamente, algunos apuntes sobre
la sociedad danesa de la época, años 20 a 40 fundamentalmente, como la
precocidad de las mujeres en tener hijos (la mayoría antes del matrimonio); los
abusos de las empresas evitando contratar a trabajadores sindicados; o la
escasa preocupación por la invasión nazi en los ambientes en los que se movía
(con excepción de su segundo marido que sí se planteó entrar en la
resistencia).
Por otra
parte, no deja de resultar sorprendente que alguien con una vida como la que se
refleja en el libro tuviera el tiempo y el ánimo para escribir. Y, además, para
hacerlo tan bien como para que le publicasen tanto sus poemas como sus obras en
prosa. Una escritora, por cierto, que no tuvo acceso a la enseñanza secundaria
por falta de medios.
En fin, estamos
ante un magnífico libro, desde luego uno de los mejores que he leído este año.
Ahora solo queda esperar que alguna editorial se anime con alguno de sus otros
escritos.
Tove Ditlevsen, Trilogía de Copenhague. Traducción
Blanca Ortiz Ostalé.
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