Este es el
quinto libro que leo del autor desde que lo conocí en 2016. Los cuatro
anteriores no solo me gustaron sino que me parecieron algo muy diferente no
solo por los temas sino, sobre todo, por la forma de abordarlos. Este quinto
coincide en ambas cosas y, sin embargo, me ha decepcionado totalmente.
Deville ha
elegido esta vez a su familia como hilo conductor para contar aspectos de la
historia de Francia y lo ha hecho con su forma característica, esto es:
utilizando multitud de personajes; con constantes desplazamientos en el espacio
(aquí mayoritariamente aunque no exclusivamente en ese país) y en el tiempo
(desde mediados del siglo XIX hasta la actualidad); empleando mucha documentación
que en este caso sí se hace más explícita sobre todo por el uso de
correspondencia; con su tradicional originalidad pero, aquí el gran cambio en
mi opinión, sin esa capacidad de síntesis también muy característica. El libro
tiene 426 páginas cuando los anteriores tenían algo más de la mitad.
Creo que a
Deville se le ha ido la mano en bastantes pasajes del libro y junto a momentos
muy interesantes, para mí lo son, por ejemplo, los que dedica al asunto Dreyfus
o a algunos aspectos de la Primera Guerra Mundial, dedica otros espacios a
temas y personajes que no tienen excesivo interés.
Por otra parte,
siendo su familia el hilo conductor del relato creo que cuesta bastante
terminar de centrar a sus antepasados ya que, además, varios tienen nombres
iguales o muy parecidos. Por otro lado, sin conocer la geografía de Francia hay
muchas informaciones que no se siguen.
A mí a medida
que avanzaba en el relato el libro se me iba cayendo de las manos y si lo he
terminado ha sido por deferencia con un autor que me ha hecho pasar tan buenos
momentos con sus textos anteriores. No sé si esto le habrá pasado a más
lectores porque no he encontrado ninguna reseña y, claro, los comentarios que reproduce
la editorial en la contraportada son todos de la prensa francesa y muy bien
“escogidos”.
Tendré que esperar al siguiente libro de la serie (parece ser que Deville previó 12) para ver en qué línea sigue.
Patrick
Deville, Taba-Taba. Traducción José
Manuel Fajardo.
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