jueves, 26 de mayo de 2022

Original al cuadrado



Este ha sido mi primer contacto con este escritor y, desde luego, ha sido una grata sorpresa pues se trata de un libro tremendamente original, magníficamente construido y muy bien escrito.

La novela es el “resultado de una mezcla de imaginación y realidad. Ninguna de las dos habría conseguido, por su cuenta, completar el libro” tal y como dice el autor en su nota final.

Esta mezcla está no solo perfectamente dosificada a lo largo de las nada menos que 320 páginas del libro, sino que, además, en la mayoría de los casos el lector no sabe qué es real y qué ficción.

La obra está construida a partir de las intervenciones en primera persona de  más de sesenta personajes, unos reales y otros ficticios, que dan su visión sobre el tema central que es la desaparición de una escultura del  estadounidense Richard Serra que se instaló en su día en el Museo Reina Sofía de Madrid y que pesaba nada menos que 34 toneladas. También hay en varias intervenciones interesantes reflexiones sobre el arte contemporáneo.

Entre los personajes reales están, entre otros: Enrique Moral, concejal; Carlos Solchaga, ministro; Rosina Gómez Baeza, directora de ARCO; Rafael Canogar, pintor, Juan Muñoz, escultor o César Aira, escritor. Además, intervienen: un agente de Interpol, una  jueza de instrucción, críticos de arte, un vigilante jurado,  un conductor de camión, una miembro de ETA, un marchante, críticos de arte, un chatarrero y el propio Tallón.

Una extensa nómina que le sirve al autor para ofrecer diferentes enfoques del tema de la desaparición y de sus posibles razones, para hacer las reflexiones que antes mencionaba, para criticar algunos aspectos de la forma de funcionar de la administración española y, sobre todo, para realizar un extraordinario ejercicio literario al dar con el tono y la forma adecuada a cada personaje. Esto último creo que es lo mejor del libro, al menos lo que más me ha sorprendido y gustado, la adecuación de lo que se dice a quién lo dice.

Si añadimos las gotas de sentido del humor que Tallón va desperdigando a lo largo del libro, tenemos una lectura que puede hacer disfrutar al lector que se preste a entrar en su juego. Eso sí, no es un libro que se pueda, o se deba, leer de un tirón, es mejor por su estructura hacerlo poco a poco.

Por todo ello se trata de una lectura absolutamente recomendable.

Hay una interesante y muy completa reseña de Alberto Olmos en elconfidencial.com.

 

Juan Tallón, Obra maestra.

 

    

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