Al leer este libro me encuentro en una situación un
tanto peculiar. He leído en poco tiempo varios libros de diferentes escritores
y escritoras que tratan un tema al menos en parte muy similar: el de lo mal que
lo pasaron los autores en los momentos cruciales de la infancia y juventud.
Evidentemente, no siempre fue por las mismas razones aunque sí que hay algunos
aspectos que suelen tener en común. El hecho de haber hecho esas lecturas me
lleva a que lo que cuenta Louis me resulte casi familiar.
Así, una abuelo que maltrata a la abuela y se marcha
cuando el padre del protagonista, el propio autor, tiene cinco años; un padre y
un hermano violentos cuando beben; una hermana que sufre la violencia del
novio; una madre que lo fue con solo diecisiete años, que ejerce poco su papel
de madre y que tiene ataques de ira; una situación económica bastante precaria,
llena de escaseces hasta en la alimentación. En fin, todo un conjunto de
problemas a los que se une el hecho de la homosexualidad de Bellegueule
-verdadero nombre del autor antes de cambiarlo al actual-, algo que en esos ambientes no deja de ser una
situación atípica y abierta a que sufra todo tipo de atropellos incluida la
violencia (esos dos “compañeros” de colegio que le esperan cada día, por
ejemplo).
De todo esto habla este libro que Louis publicó con
solo veintiún años y que seguro que debió de suponer una auténtica liberación.
Estoy seguro de que si lo hubiese leído en 2015,
cuando se publicó en España, me habría impactado y de qué manera, pero tal y
como decía antes “llueve sobre mojado” y aunque evidentemente impactan las
situaciones por las que tuvo que pasar, no lo hacen de la misma manera que, por
ejemplo, lo hubiesen hecho en el caso de no haber leído hace poco el libro de
Miguel Ángel Oeste.
Es un libro duro y bien escrito en el que hay poco
espacio para la relajación Me ha gustado especialmente la forma de introducir
las intervenciones de los diferentes personajes haciéndolo en cursiva dentro de
un fragmento, y utilizando un lenguaje algo diferente al del narrador.
Desde otro punto de vista hay una fuerte carga
crítica contra el racismo en general y de su padre en particular; y contra la
xenofobia también general y de sus padres en particular.
Un libro recomendable del que deben abstenerse todos
aquellos que rechacen la llamada “literatura del yo”.
Se acaba de traducir el último libro del autor que
ha sido, precisamente, lo que me ha llevado a leer este que ya estaba en casa.
Creo que habrá que seguir indagando en las historias que cuenta porque seguro
que no les falta interés ni intensidad.
Hay una extensa y muy buena reseña en
larutadeloslibros.wordpress.com.
Édouard Louis, Para
acabar con Eddy Bellegueule. Traducción María Teresa Gallego Urrutia.
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