jueves, 6 de abril de 2023

Francia en Viernam



Creo que Vuillard se está convirtiendo en uno de los grandes escritores franceses del momento y eso que la competencia es muy grande en ese país. He leído casi todo lo que se ha traducido y  tengo la sensación de que va depurando y mejorando su estilo en cada libro. Elige unos temas siempre interesantes, pero es que, además, el tratamiento que les da es realmente magnífico.

Este libro está dedicado a la presencia francesa en Vietnam, la Cochinchina que tantas veces escuché mencionar en mi infancia como algo tan lejano que allí te mandaban cuando querían quitarte de en medio. Quizá tendría que decir que más que a la presencia, a la salida de esa colonia después de la famosa batalla de Dien Bien Phu. Para ello describe los problemas en Francia para elegir dirigentes y militares que se hicieran cargo de ese territorio y también para que la Asamblea aprobase las diferentes medidas.

Hay momentos en el libro que son realmente muy brillantes como, por ejemplo, un debate parlamentario en el que destaca la presentación que hace de los distintos intervinientes; también es muy buena, además de muy significativa, la entrevista que hacen en la televisión estadounidense a un general francés.

Desde luego, y como no podía faltar en un libro del autor, hay que destacar la crítica, a veces brutal, que hace de los políticos, los empresarios y, sobre todo, de los banqueros. Las diferentes batallas que se mencionan están en función de un interés económico: carbón, oro, etc.

Al decir los políticos no me refiero solo a los franceses porque también hay páginas dedicados a los estadounidenses. Así, por ejemplo, cuando está narrando lo sucedido en el Congo con Patrice Lumumba escribe lo siguiente:

 

 “(…)  si de verdad queremos saber lo que es el espanto, tendríamos que penetrar en silencio en el despacho en el que conferencian Eisenhower y Dulles, tendríamos que escondernos debajo de las alfombras de Sullivan & Cromwell y oír lo que se dice entre bastidores, sorprender lo que se comentan tranquilamente los hermanos Dulles, oírlos hablar a su aire, sin pudor (…)” (p. 125)

Hasta ahora solo he hablado del contenido, pero Vuillard destaca también, y mucho, por su escritura directa, sin concesiones, una escritura en la que cada frase tiene sentido y dice mucho, en la que se nota que hay un enorme trabajo de depuración del lenguaje y de revisión de lo escrito. Desde luego es una forma de escribir que me encanta porque, además, le permite contarnos muchísimas cosas en apenas 175 páginas.

Una escritura de la que en un fragmento de los que la editorial ha elegido para la solapa se dice:

 

«Una serie de escenas entretejidas por una escritura brillante. Bajo la pluma de Éric Vuillard, los personajes históricos son seres de carne y hueso; los oímos respirar, los vemos sudar.» Pierre Assouline

Y más en general estos dos fragmentos:

«Vuillard no escribe sobre la historia, sino que va con ella. Acompaña al pasado como se hace con un moribundo, pero sin absolverlo. Un arte grandioso.» Laurent Lemire, Livres Hebdo

«Doscientas páginas apretadas como puños listos para golpear. En cada uno de sus libros, Éric Vuillard escenifica un episodio de esta eterna guerra de los poderosos contra los débiles, a veces con énfasis, siempre con una ira fría y metódica.» Elisabeth Philippe, L'Obs

En fin, un libro magnífico absolutamente recomendable como lo son todos los que se han publicado hasta ahora.


Éric Vuillard, Una salida honrosa. Traducción Juan Manuel Salmerón Arjona.

 

 

 

 

 

 

 

 

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