lunes, 28 de abril de 2025

Crónicas necesarias

 


Este es el quinto libro que comento del autor desde que lo conocí en 2017. Lo tengo por uno de los grandes reporteros o cronistas del periodismo de nuestro país y, desde luego, como uno de los mejores especialistas en Oriente Medio. Ha vivido siete años en Jerusalén y ahora lo hace en Estambul para estar cerca también de Ucrania. En ambos lugares lo hace junto con su mujer y sus dos hijos, lo que da idea también de qué tipo de persona es.

En este libro se recogen 26 crónicas que ha ido escribiendo a lo largo de los años en las que Gaza está presente de una manera o de otra. Las hay con contenidos muy diferentes, pues si en unas se centra en la historia de Gaza (por cierto, es la primera vez que me entero bien de ello gracias a la claridad con que está contada), en otras es la persona de su fixer o las diferencias que hay entre Hamás y la Yihad Islámica o cómo son las cárceles en Gaza, que las hay, y cómo se trata en ellas a los colaboracionistas. Temas variados y muy interesantes como se puede apreciar en estos ejemplos.

Ayestaran es un claro defensor de la causa palestina sin caer por ello en el antiisrealismo aunque, lógicamente, sí está claramente en contra de las actuaciones de sus gobiernos desde hace años. Así, explica muy bien las destrucciones que se hacían en cada operación como, por ejemplo, las de 2012 o 2014 y, desde luego, las matanzas que provoca el ejército israelí en muchas manifestaciones. Este tipo de actuaciones explican de alguna manera, aunque en ningún caso justifican, la terrible matanza perpetrada el 7 de octubre por milicianos de diferentes movimientos políticos de Gaza.

También hay más de una crítica a los dirigentes palestinos tanto de Hamás como de la Autoridad Nacional Palestina, lo que no quiere decir que mantenga una actitud equidistante. Así, es interesante el contraste que muestra en el siguiente fragmento:

“Mientras que en Gaza Israel reventaba a cuatro niños de la familia Bakr cuando jugaban al fútbol en la playa, los vecinos de Tel Aviv estaban molestos por tener que ir a los refugios cada vez que la sirena les alertaba de la posible llegada de un cohete”. (p. 131)

En más de una ocasión sale mencionado Meir Margalit, un argentino-israelí cuyo libro, El eclipse de la sociedad israelí, me parece de lectura obligatoria para todo interesado en lo que sucede en esa zona del mundo. También menciona la colección de fotos de la comida diaria que hacía Amal, la mujer de Kayed, su fixer, y que él fue publicando en las redes como homenaje a las gentes de Gaza, un lugar al que no puede entrar la prensa occidental. (Muchas de esas fotos las he visto y muestran las penurias por las que han pasado simplemente para sobrevivir).

Para terminar el comentario quiero dejar una de las pocas notas de humor de un texto en el que se mencionan tantos padecimientos y tantos horrores:

“Como buen hijo de las primaveras árabes, Telmo trajo una auténtica revolución a casa y su padre, un cobarde, se marchaba a la guerra en cuanto podía para descansar”. (p. 94)

(Es en 2011 cuando los israelíes lanzaron Pilar Defensivo).

Un libro absolutamente recomendable como, por otra parte, lo son todos los de este magnífico periodista.

Hay una interesante entrevista con Francesca Cicardi en eldiario.es

 

Mikel Ayestaran, Historias de Gaza. La vida entre guerras.

 

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