Con este volumen el autor
cierra la llamada Trilogía de los pantanos en la que es protagonista la
familia Shade. En este caso, y aunque aparecen todos los miembros en diferentes
momentos, es John Shade, el padre, el que constituye el eje de la trama que
consiste en la huida de John junto con Etta, su hija pequeña fruto de su
segundo matrimonio, ante la persecución del Manduca, el malo de la novela, un
sujeto especialmente violento.
Esta huida le lleva a la
ciudad en la que se inició la historia de la trilogía, la ciudad en la que
abandonó a su primera mujer y a sus tres hijos. Allí volverá a encontrarse con
todos otra vez.
Cuando comenté Los
matones de Alá, su anterior novela, ya hice alusión a la expresión country
noir que parece ser que es la que le gusta usar a Woodrell para sus
novelas. Creo que es bastante acertada y que refleja muy bien el ambiente en el
que desarrolla sus historias. Ese mundo rural bastante desconocido por lo
general, pero que al mismo tiempo está formado por muchos millones de personas.
Hay otro autor, Chris Offutt, el favorito de la editorial Sajalín, que también
desarrolla todas sus novelas en esos ambientes aunque yo no le metería dentro
de este género exactamente.
Woodrell, más allá de lo
interesante que pueda resultar la historia, es un escritor perfectamente
reconocible por su estilo. Es capaz de escribir unos diálogos realmente
magníficos y crear personajes de carne y hueso.
Algunos de los capítulos
de este libro son verdaderos relatos como, por ejemplo y de forma especial,
aquel en el que van las tres mujeres de tres generaciones a cazar serpientes,
uno de los capítulos mejores del libro.
En fin, un buen cierre de
la trilogía y un libro cuya lectura se disfruta.
Daniel Woodrell, Sin reproches.
Traducción Ana Crespo
No hay comentarios:
Publicar un comentario