Es una pena que este magnífico escritor sea
tan poco prolífico. He leído y comentado dos de sus libros, pero de eso hace ya
siete y ocho años. Desde entonces no había tenido noticia de él. Eso sí, esta, al
menos para mí, reaparición la hace con un texto de nada menos que 435 páginas
cuando los otros que conozco eran novelas bastante cortas.
Empezaré el comentario con una cita de la reseña de Santiago Ortiz Lerín elperiodico.com que me parece que sintetiza perfectamente la idea y el contenido de la novela:
“Retrata la esencia de una juventud atrapada en el umbral de la edad adulta, donde Thiago, Pilar y Bruno encarnan la fragilidad y la búsqueda de sentido en sus vidas. Con cada voz teje un tapiz de emociones que resuenan con la autenticidad, el desamparo y la amistad como refugio. La novela ofrece su ritmo vertiginoso, como un tango que acelera y tropieza, atrapados con un presente que se les escapa”.
Efectivamente, la
novela tiene como protagonistas a tres jóvenes de diecinueve años a cada uno de
los cuales dedica cada una de las tres primeras partes, para que los tres se
junten en la cuarta y última.
La primera está narrada
por Thiago. Se inicia con un in media res con él ingresado en una
clínica psiquiátrica. A partir de ahí nos va contando qué pasó para que acabase
en ella. Entre otras cosas, perdió a la madre, vende droga de vez en cuando y
tiene una buena relación con Pili. No sabe muy bien qué hacer con su vida.
Mientras tanto, Bruno, su mejor amigo, está en Estados Unidos.
En la segunda es Bruno,
al que han enviado sus padres a estudiar Economía, el protagonista absoluto.
Está narrada en tercera persona y se centra en dos aspectos. Por un lado, su
relación con otra alumna que se dedica a hacer fotografías pensando en
exponerlas y, por otro lado, sus trabajos como limpiador de baños y dormitorios
en los edificios del campus y camarero durante las vacaciones ya que no se
vuelve a Buenos Aires. No obstante, lo que le gusta realmente es la música y en
concreto el bajo, pero sus padres quieren para él algo “mejor”.
En la tercera es Pili
la protagonista y otra vez narrada en primera persona. Vive con su abuela
porque su madre se ha ido con su nuevo novio a Barcelona. Se dedica a hacer
cortos y a buscar dónde vivir cuando tiene que ingresar a la abuela en una
residencia.
La cuarta está narrada
de nuevo por Pili y ya están los tres amigos juntos.
Lo más interesante de
la novela es la forma cómo Mairal narra las historias. Así, por ejemplo, cuando
narra en primera persona utiliza el lenguaje coloquial con todos los modismos
típicos del país. Sin embargo, cuando lo hace en tercera utiliza un lenguaje
más estándar. También hay que resaltar lo bien que cuenta lo que les sucede a
los protagonistas y la ausencia de cualquier tipo de juicio sobre ello.
Hace muy pocos días
comentaba un libro del Premio Nobel Gurnah que, curiosamente, también tenía
como protagonistas a tres jóvenes. Además, con un texto de una extensión
similar a este de Mairal. Leyéndolo se podría pensar que el Nobel es Mairal por
el original tratamiento que da a la historia y por la mayor riqueza de los
personajes.
Desde luego me parece
una novela muy recomendable como lo son las otras que comenté en su día de este
autor.
Pedro Mairal, Los nuevos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario