Este es el segundo volumen de los cinco que Scurati ha
dedicado al fascismo. El quinto ha sido editado recientemente en castellano y
es cuando me he dado cuenta de que, desde que en 2020 leí el primero, no había
vuelto a tener noticia de la serie a pesar de lo interesante que me resultó.
Este segundo abarca el periodo que va de 1925 a 1932,
es decir, los años de consolidación del fascismo y de la conversión de Italia
en un estado totalitario fascista al que incluso se sometió el mismo partido,
el PNF.
Al igual que en el anterior, no se trata de una
biografía de Mussolini a pesar de la gran M de la portada. El libro cuenta
algunos aspectos de esa biografía pero es, sobre todo, una radiografía del
movimiento fascista y de cómo poco a poco se fue haciendo con todo el poder del
estado italiano eliminando cualquier oposición tanto política como sindical o
social. Para ello emplea nada menos que 569 páginas y un conjunto de personajes
cuya relación, con un breve apunte de quiénes eran y qué hacían, le ocupa otras
16.
El libro, que sigue un estricto orden cronológico,
está dividido en multitud de capítulos de cinco o seis páginas. Cada uno tiene
su correspondiente fecha y el nombre del que va a ser el principal
protagonista. Solo se salta ese espacio en los que dedica a la conquista de
Libia y uno muy concreto en el que reproduce siempre entrecomillado un extenso
debate entre varios de los principales líderes del partido fascista.
Al igual que sucedía en el libro anterior, al final de cada capítulo se reproducen algunos textos y documentos que han servido para la elaboración del correspondiente capítulo y que demuestran la veracidad de cosas que se narran. De alguna manera es una forma de decir que, aunque no se trate estrictamente de un libro de historia, sí que son históricos los principales hechos que se narran. Evidentemente, luego hay mucho material narrativo de “invención” y creación por parte del autor, pero sí quiere dejar constancia de que la base del texto es la historia del fascismo y de cómo este pronto se hizo con todo el poder del estado. En este sentido me parece especialmente interesante el siguiente texto de 1925 de Mussolini que Scurati cita al final de uno de los primeros capítulos:
“La violencia es moral cuando es oportuna, quirúrgica,
caballeresca. Pero cuando el Partido de la revolución tiene el poder en sus
manos, la violencia debe ceñirse a los instrumentos y los propósitos
exclusivamente estatales. El Partido debe limitarse a crear y mantener un ambiente
“de simpatía” hacia el ejercicio de esa eventual violencia de Estado” (p. 69)
Es interesante por un lado por la defensa que hace de la violencia, pero, por otro lado, y aquí es lo más importante, por cómo subordina el Partido al Estado una vez convertido este en un Estado plenamente fascista.
A lo largo de todos estos años se fueron dictando una
serie de leyes y órdenes para conformar ese Estado. En el libro se mencionan
las principales y es una pena que apenas se profundice en ellas aunque, claro,
eso hubiera hecho que la lectura del libro fuese demasiado densa porque, y esta
creo que es una de las principales virtudes del libro, Scurati es un gran
narrador que mantiene la misma agilidad a lo largo de todo el texto sea cual
sea el momento histórico en el que se centre. Quizá le cuesta algo más cuando
escribe sobre Libia páginas en las que, por cierto, hace una feroz crítica de
cómo se hizo la conquista de esos territorios.
En definitiva, un libro muy interesante que se puede
leer casi como una novela aunque creo que lo disfrutará sobre todo quien esté
interesado en la historia.
Hay una breve pero recomendable reseña de DomingoRódenas en elperiodico.com.
Nota: Como pasaba en el primer volumen, el traductor
emplea de vez en cuando una serie de palabras que no había visto nunca. En la
reseña que hice puse una relación de ellas, pero en este no he ido tomando
notas. Realmente algunas son muy originales.
Antonio Scurati. M. El hombre de la providencia.
Traducción Carlos Gumpert.