En las setenta primeras páginas, una fuerte sensación de angustia; en las cincuenta últimas, un nudo en la garganta; en medio, un gran interés por conocer cómo trabajan algunos jueces en Francia.
Otra vez una obra inclasificable de este autor.
Hace un par de semanas comentaba El adversario, novela-documento-reportaje, y lo que me había gustado. Ahora, otra vez ¿novela-documento?, en cualquier caso vida, contada sin tapujos, pero también sin concesiones al morbo; y muerte y enfermedad y amistad y amor.
Un libro inolvidable, diferente, dirigido a la mente y al espíritu. Desgarrador, conmovedor. No dejará indiferente a nadie, creo.
De la contraportada: “En un libro sobrecogedor…”, “El lector es arrastrado como por una enorme ola y depositado, al final del libro, emocionado, conmocionado, cambiado.” ”Una novela de la conciencia…”
Carrére cuenta dos historias de muerte reales de las que, en un corto espacio de tiempo, fue testigo. La forma de contarlas es lo importante con esa sensibilidad y esa capacidad para absorber al lector y no dejarle respirar.
Además, y como decía antes, me he enterado de una par de cosas muy interesantes sobre la actitud de algunos jueces en temas como la quiebra comercial y la comisión de sobreendeudamiento en los que utilizan todas las armas legales para favorecer a los desfavorecidos.
En fin, algo más que recomendable; imprescindible.
Emmanuel Carrére, De vidas ajenas
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