Gratísima sorpresa encontrarse hace unos días con la noticia de la edición de esta novela inédita en castellano de Roth. Apareció hace ya tiempo en el blog en la sección de mis autores favoritos y es que hubo una época en la que leía todo lo que conseguía de él hasta completar todo lo traducido. Pasados los años, la editorial Acantilado ha editado algunos relatos que desconocía y que he comentado en otras entradas. Sin embargo, no esperaba ni podía imaginar que quedase una novela por traducir tan interesante y conseguida como ésta.
Habla del Napoleón hombre, de su vuelta hasta el destierro definitivo, pero también del amor de una trabajadora de palacio enamorada del emperador y de su matrimonio con un zapatero polaco que resulta un personaje curioso y entrañable. Todo ello con el estilo de siempre, con su cuidada prosa en este caso un tanto más poética que en otras ocasiones, con sus bellas descripciones tanto del exterior como de los sentimientos, con unas extensas enumeraciones, sobre todo al principio del libro, en las que demuestra su dominio del idioma. En fin, una vez más un gran Roth.
Como curiosidad he de añadir que aunque no trata en este libro sus temas tradicionales como el mundo judío o la añoranza del imperio austro-húngaro, no puede evitar alguna alusión como por ejemplo estas frases de la página 144: “Ya no lloraba de emoción por haber encontrado a su hijo, sino por un mundo entero que había muerto, un mundo que ella había creído eterno. Desde que el emperador se había marchado ya no quedaba nada”.
La obra está escrita en 1936, por lo tanto tres años antes de su muerte, en un período muy fecundo tanto por la cantidad como por la calidad de sus textos.
Dejo un enlace de un comentario más detallado y con algunos trozos de la obra.
Joseph Roth, Los cien días
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