Conocía el libro desde hace varios años y, a pesar de
tratar de uno de los temas que más me interesan en los últimos tiempos, no lo
había comprado ni tenía intención de leerlo. Quizás se deba a que pensaba que
era un mero reportaje sobre el juicio.
Fui a ver la película Hannah Arendt hace poco y me surgió la necesidad de leer el libro
ante la enorme polémica que suscitó en su día, pues la película se centra
precisamente en la elaboración del informe que dio lugar al libro.
Me resulta muy difícil dar una opinión sobre el texto.
Tengo que advertir que lo que más me ha interesado es la parte dedicada a
analizar, o más bien describir, cómo
fueron las deportaciones en los distintos países y territorios y cuál fue la
distinta reacción de la población de esos lugares. Así, por ejemplo, el
contraste entre lo que pasó en Bulgaria (de lo que ya había leído algo en
Todorov) y en Rumanía me parece algo realmente difícil de comprender. Esta parte que
me ha interesado abarca más o menos un tercio del libro. Otro tercio se dedica
a estudiar los diferentes momentos en que se planteó el tema de cómo “solucionar”
el problema de los judíos y las distintas opciones que hubo y, finalmente, el
resto a discusiones más o menos jurídicas y en algún caso morales. Reconozco
que, sobre todo en esta última parte, que forman los primeros capítulos del
libro así como el epílogo y el post scríptum, me he perdido en la argumentación
en más de una ocasión.
En todo caso, lo que es claro es que se trata de mucho
más que un informe sobre el juicio a Eichmann. En muchos momentos es más un
informe sobre el Holocausto que es cuando, como decía, el libro alcanza mayor
intensidad e interés.
Hace dos días se publicó un excelente artículo sobre
las repercusiones que ha tenido la película que de alguna manera reproducen
algunas que tuvo el libro en su día y que me parece un buen punto de partida para enfrentarse al texto.
Un libro de casi obligada lectura para quienes estén
interesados en el tema. Por cierto, es curioso que en la traducción española se
haya omitido el subtítulo, Sobre la
banalidad del mal, que incluso se menciona
un par de veces en el libro y que es una de esas frases que ha pasado a la
historia y que se utiliza muy frecuentemente.
Hannah Arendt, Eichmann
en Jesusalén
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