Profes
Entrar en el aula para dar una clase se parece a pisar un
escenario o atender un cliente. Es un reto, una aventura, un riesgo. Con
algunas diferencias: el profe o la profe repite este desafío hora tras hora,
día tras día hasta convertirse en algo cotidiano. No hay glamur estético ni
excitación yuppie en una actividad sometida a la tiranía de la puntualidad del
horario. Y sin aplausos al final de cada actuación ni la ganancia de una
comisión al cerrar cada operación. Es más, la clase a veces se desarrolla
contra la indiferencia y la hostilidad de los clientes que son los alumnos. Eso
cuando los padres no descargan su enfado porque sus hijos no progresan como
debieran, o en la prensa se tilda a los profes de vagos por los dos meses de
vacaciones. A cambio, el estímulo de intentar abrir la mente del niño, reforzar
su autoestima, respetar juntos el entorno humano, cultural y físico. Formar
ciudadanos responsables y libres. Con el ejemplo, y lejos de los focos, en
medio de la tensión que supone coordinar 25, 30 o 40 chicos distintos
intentando formular el mejor argumento en tiempo real, los profesores se hacen
fuertes. Pocos colectivos además del sanitario habrán mantenido una huelga como
la actual, que no contiene reivindicaciones económicas sino principios, ideas,
valores. Una lección viva y cara. Una respuesta digna a la indigna acusación de
ser los causantes del fracaso escolar. Sí, he tenido suerte en la vida. Me
gustaba la política pero me hice profesor. La profesión más bella del mundo.
Emili Gené
He reproducido tres artículos aparecidos en los últimos días en el diario última Hora por el gran interés que tienen para comprender lo que está pasando en Baleares.
Además, en uno, el de Miquel Segura, se menciona a alguien que fue alumno mío hace unos veinte años y uno de los mejores alumnos que he tenido nunca. El tercero está escrito por un grandísimo amigo y compañero algún año que ha tenido el gesto valiente de dimitir de su cargo de director del IES Ramon LLull.
Emili Gené
He reproducido tres artículos aparecidos en los últimos días en el diario última Hora por el gran interés que tienen para comprender lo que está pasando en Baleares.
Además, en uno, el de Miquel Segura, se menciona a alguien que fue alumno mío hace unos veinte años y uno de los mejores alumnos que he tenido nunca. El tercero está escrito por un grandísimo amigo y compañero algún año que ha tenido el gesto valiente de dimitir de su cargo de director del IES Ramon LLull.
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