Cuando
tras más de intensas nueve horas acabé de ver el documental Shoah, me precipité a la librería para
comprar las memorias de quien lo había hecho buscando, sobre todo, descripción
y explicación de cosas que en él aparecían; así que comencé a leer el libro por
el final, por sus cien últimas páginas, en las que, como yo esperaba, escribe
sobre el proceso de producción del documental. Me ha resultado verdaderamente
sorprendente y apasionante enterarme de muchas cosas que cuenta tanto sobre los
personajes que salen en la película, como sobre la financiación y los problemas
que tuvo a lo largo de los doce años que duró todo el proceso. Solo por eso ya
habría valido la pena la lectura de este libro del que, por otra parte, tenía
referencias contradictorias.
No
obstante, cuando me puse a leer las otras cuatrocientas páginas ya por su orden
cronológico, descubrí que todo el texto merecía la pena, que el autor tenía una
vida lo suficientemente intensa e interesante como para dedicar ese tiempo a su
lectura. Además, su escritura, a pesar de que como dice en la introducción hizo
el texto dictándolo, es atrayente y fluida; y su estructura, original
tratándose de unas memorias pues da algunos saltos en el tiempo que hacen que
el texto parezca a veces más temático que otra cosa. Así, le vemos escribir
sobre la pena de muerte en el primer capítulo de una forma casi histórica o
hablar de los aviones casi como un profesional.
Evidentemente,
en un texto de esta extensión hay momentos de todo tipo y algunas claras
exageraciones que han llevado a algunos a hablar de cierta autocomplacencia y
mucho egocentrismo. Por ejemplo, esos cuatro días navegando en plena tormenta y
dirigiendo el barco junto al capitán, algunas emboscadas cuando estaba en el
maquis o la historia con una enfermera en Corea del Norte. Seguramente hay ahí
bastante imaginación, pero se compensa con las páginas dedicadas a Sartre,
Simone de Beauvoir y Frantz Fanon (en las que también habrá un poco de todo).
No sé si
se trata de la obra maestra que dice Bernard-Henri Lévy, de una
“obra de arte, esta vez literaria”, como afirma Le Monde y menos aún si es “una de las obras maestras de la literatura
mundial”, como exagera un tanto Die Welt,
pero desde luego es un libro que recomiendo encarecidamente a todo aquel
interesado en conocer la vida de alguien diferente y con muchas cosas interesantes
que contar. Obviamente, imprescindible para quien haya visto Shoah.
Dejo dos
enlaces: uno en el que se habla tanto del documental como del libro, el otro es
una entrevista centrada principalmente en estas memorias.
Claude
Lanzmann, La liebre de la Patagonia
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