Tras conocer a autores de “culto” como Fante o
Bunker, me llega el turno de conocer a un autor “maldito” como Bukowski, uno de
los representantes del “realismo sucio”. Hace años que veo sus libros
publicados por Anagrama en sus distintas colecciones y siempre me he echado
para atrás cuando me entraban tentaciones de comprar alguno.
Al fin lo hice con este Hollywood por aquello de que describe sus experiencias, a través de
un álter ego, en el mundo del cine
que es un tema que me resulta siempre apasionante.
La verdad es que su experiencia no debió de ser muy
positiva puesto que en el libro hay una crítica prácticamente de todos los
sectores implicados en una película, incluyendo los críticos, aunque desde luego lo que se llevan la palma
son los productores. También hay algunos palos para la inmigración centro y
sudamericana e incluso la parodia de un dirigente africano. Así que el autor se
debió quedar contento y descansado cuando publicó el libro.
Para mi gusto el problema que tiene el texto es que resulta
muy reiterativo en las situaciones, con unos diálogos demasiado cortos y
concisos y con una trama previsible y poco interesante por esa reiteración.
Mucho alcohol, muchas expresiones soeces, pero poca “chicha”.
En suma, aunque parezca mentira es un libro que me
ha resultado aburrido en muchos momentos y que estaba deseando terminar a pesar
de que, como decía más arriba, el tema me interesa mucho y tenía curiosidad por
el autor. Quizá habrá que darle otra oportunidad.
Dejo dos citas del libro donde se pueden apreciar
alguna de las cosas que he comentado:
“Por supuesto, lo que hacía que todo aquello
apestara era que muchos de los ricos y de los famosos fueran en realidad tontos
del culo e hijos de puta. Simplemente les había tocado un chollazo en alguna
parte. O se habían enriquecido gracias a la estupidez del público en general.
Normalmente eran gente sin talento, sin alma, ciegos, eran pedazos de mierda
andante, pero para el público eran como dioses, hermosos y venerados”. (p.117)
“Nunca creí que mis críticos fuesen otra cosa que
gilipollas. Si el mundo dura hasta el próximo siglo ahí estaré yo todavía, pero
los viejos críticos estarán muertos y olvidados y sólo habrán servido para ser
reemplazados por nuevos críticos, nuevos gilipollas”. (p.281)
Charles Bukowski, Hollywood
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