martes, 28 de octubre de 2014

Decepción ante un autor "maldito"




 
Tras conocer a autores de “culto” como Fante o Bunker, me llega el turno de conocer a un autor “maldito” como Bukowski, uno de los representantes del “realismo sucio”. Hace años que veo sus libros publicados por Anagrama en sus distintas colecciones y siempre me he echado para atrás cuando me entraban tentaciones de comprar alguno.
Al fin lo hice con este Hollywood por aquello de que describe sus experiencias, a través de un álter ego, en el mundo del cine que es un tema que me resulta siempre apasionante.
La verdad es que su experiencia no debió de ser muy positiva puesto que en el libro hay una crítica prácticamente de todos los sectores implicados en una película, incluyendo los críticos,  aunque desde luego lo que se llevan la palma son los productores. También hay algunos palos para la inmigración centro y sudamericana e incluso la parodia de un dirigente africano. Así que el autor se debió quedar contento y descansado cuando publicó el libro.
Para mi gusto el problema que tiene el texto es que resulta muy reiterativo en las situaciones, con unos diálogos demasiado cortos y concisos y con una trama previsible y poco interesante por esa reiteración. Mucho alcohol, muchas expresiones soeces, pero poca “chicha”.
En suma, aunque parezca mentira es un libro que me ha resultado aburrido en muchos momentos y que estaba deseando terminar a pesar de que, como decía más arriba, el tema me interesa mucho y tenía curiosidad por el autor. Quizá habrá que darle otra oportunidad.
 
Dejo dos citas del libro donde se pueden apreciar alguna de las cosas que he comentado:
 
 
“Por supuesto, lo que hacía que todo aquello apestara era que muchos de los ricos y de los famosos fueran en realidad tontos del culo e hijos de puta. Simplemente les había tocado un chollazo en alguna parte. O se habían enriquecido gracias a la estupidez del público en general. Normalmente eran gente sin talento, sin alma, ciegos, eran pedazos de mierda andante, pero para el público eran como dioses, hermosos y venerados”. (p.117)
 
 
“Nunca creí que mis críticos fuesen otra cosa que gilipollas. Si el mundo dura hasta el próximo siglo ahí estaré yo todavía, pero los viejos críticos estarán muertos y olvidados y sólo habrán servido para ser reemplazados por nuevos críticos, nuevos gilipollas”. (p.281)
 
 
Charles Bukowski, Hollywood

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