martes, 24 de marzo de 2015

Sobre la historia reciente



De este profesor de la Autónoma de Barcelona conocía su dedicación a la Europa oriental y su magnífico libro de 1995, La trampa balcánica. Después le perdí la pista y me reencuentro con este voluminoso y útil  estudio sobre lo sucedido en el mundo en el cambio de siglo. Publicado en 2009, se podría decir que está escrito casi al calor de los acontecimientos como de hecho sucede con la cuarta parte dedicada a la implosión del Nuevo Orden internacional y a la aparición de la crisis económica.
El libro se divide en tres partes: I.-Posguerra fría, 1990-1995; II.- El mundo se globaliza, 1996-2000 y III.- El salto al vacío, 2001-2008;  más la cuarta y final mencionada antes.
Como se puede suponer, en un texto así con más de 500 páginas de densa tipografía, hay de todo: temas más interesantes y mejor tratados y otros en los que se echa de menos un mayor desarrollo (por ejemplo, Latinoamérica); visiones y opiniones que no dejan indiferente, tanto sobre algunos de los dirigentes mundiales como sobre las posturas de algunos países ante los conflictos; etc.
A mí personalmente me han gustado y llamado la atención principalmente algunas cuestiones como: la revolución de la red de redes y la visión de las ONG que da dentro del capítulo dedicado a la globalización; las páginas que dedica a los conflictos africanos por la poca información que yo tenía de algunos; el tratamiento que da a Chindia que me ha parecido especialmente interesante y, por no alargarme demasiado, su visión bastante equidistante, y por lo tanto poco habitual entre los escritores occidentales,  de los conflictos en la antigua Yugoslavia.
Un libro que no tiene desperdicio y en el que cada uno puede aprovechar aquellos temas o aspectos que la parezcan más relevantes o novedosos. Además, tiene la enorme virtud de estar escrito con una gran agilidad de tal manera que se pueden mucho tiempo leyéndolo sin que aparezca el cansancio, lo que no quiere decir que no haya que hacer ningún esfuerzo intelectual para comprenderlo en su totalidad, pero sí, que el autor lo facilita al expresarse con mucha claridad.
Desde el punto de vista ideológico, Veiga se muestra bastante beligerante en algunos momentos –el papel de Bush y los Estados Unidos, por ejemplo- y, sin embargo, condescendiente y un poco superficial en otros –la implantación del neoliberalismo en Chile y en otros lugares. En todo caso, se agradece el esfuerzo de objetividad de que hace gala.
Un libro muy recomendable para todo aquel interesado en lo que pasa en el mundo.
Como simple anécdota sin importancia, pero que al mismo tiempo refleja la dificultad de hacer según qué pronósticos, transcribo el siguiente texto de gran actualidad:
 
“Netanyahu poseía cualidades como demagogo, pro era un mal político, y terminó pagando su incapacidad de entender la nueva situación con la caída de su gobierno, la descomposición del Likud y el final de su propia carrera política.” (p.299)

El propio Veiga tiene una interesante reseña en su blog a raíz de una crítica hecha en rebelión.org.
 
 
Francisco Veiga, El desequilibrio como orden. Una historia de la posguerra fría 1990-2008

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