Sigue la buena racha de los autores franceses o que escriben en francés. La
lectura de este libro me ha recordado mucho los de Emmanuel Carrère ya que se
trata de contar momentos de la vida de una persona, la gimnasta rumana Nadia
Comaneci en este caso, utilizando buena documentación y, al mismo tiempo,
recreando toda una época, nada menos que la Rumanía de Ceaucescu.
Narrada de forma espléndida, con gran agilidad y con descripciones muy
buenas de los momentos álgidos de las intervenciones de Comaneci en diferentes
campeonatos y sobre todo en la Olimpíada de Montreal de 1976. Además, también
está muy bien tratada la figura de su entrenador Bela Karoly.
“Una acróbata de las letras: sus palabras hacen piruetas, dibujan emociones
con delicadeza, describen hazañas deportivas con gracia y se posan, como por
arte de magia, justo donde deben. 10 sobre 10.” (Le Figaro, en la contraportada)
Es difícil decir tanto en tan poco espacio sobre este espléndido libro que
me ha hecho disfrutar desde el principio hasta el final. Particularmente me ha
llamado la atención lo bien que están desarrolladas las conversaciones
telefónicas, totalmente ficticias, de la autora con la protagonista. Si tuviese
que poner algún pero sería que he echado de menos que explicase un poco más el
porqué decide irse del país en el momento en que lo hace e incluso que contase
algo más de sus primeros tiempos en los Estados Unidos.
No seguí las intervenciones de Comaneci en su día, pero sí unos años
después las de otras gimnastas rumanas que me aficionaron por un tiempo a ese
deporte. Ahora he podido verlas a través de youtube y realmente, tal y como
cuenta y describe Lafon, eran de otra
galaxia.
Libro absolutamente recomendable.
Lola Lafon, La pequeña comunista que
no sonreía nunca
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