En los últimos tiempos están apareciendo bastantes
estudios que ofrecen un enfoque de la Transición bastante diferente al que
hasta ahora estábamos acostumbrados y que, dicho sea de paso, hace ya años que
sus principales estudios ni se reeditan ni se renuevan.
De los nuevos ya he comentado en el blog los de Juan
Carlos Monedero y Juan Andrade interesantes ambos aunque muy diferentes en la
perspectiva que adoptan.
El que ahora comento me parece el más interesante de
los tres ya que ofrece una visión bastante completa de todo el proceso aunque,
eso sí, desde el punto de vista principalmente político y social y dejando a un
lado, salvo alguna breve referencia, el tema económico.
Se trata de un libro muy sugerente e interesante
tanto para el análisis histórico como para reconocer algunos de los problemas
del momento actual. No obstante, también se trata de un texto desigual
pues junto a algunas partes más analíticas, para mí las más importantes, ofrece
otras demasiado descriptivas basadas, además, en las memorias de los
protagonistas que, aunque sirven para refrescar las cosas que pasaron, no
aportan gran cosa a su estudio. Otro aspecto que tampoco me ha convencido del
todo es el análisis que hace de lo sucedido en Cataluña y el País Vasco.
Evidentemente, en un libro con este tema de
protagonista, escrito además desde una perspectiva de izquierda crítica, son
muchas las ideas que merecen destacarse y analizarse en profundidad. Pondré
tres fragmentos que pueden resultar más polémicos y que a mí no solo me han
llamado mucho la atención, sino que uno de ellos me ha hecho pensar también en
mi caso personal.
“La Constitución selló la partitocracia que
dominaría los siguientes treinta años sin ninguna integración sustantiva de
nuevas formaciones partidarias, al tiempo que fijó unos débiles instrumentos de
participación directa y de reforma interna. Dejó los derechos sociales como un
asunto meramente “informativo”. Y blindó la reforma a cualquier iniciativa que
no contara con el apoyo de los grandes partidos. En cierta forma, la caducidad
de la Constitución estaba destinada a coincidir con la del propio régimen que
finalmente sancionó.” (p.160)
“La solución (para
cerrar la crisis social y económica del final del franquismo) estaba en las
clases medias, única base posible de ese equilibrio. Sobre estas y no sobre la
“clase obrera” gravitó la estabilización del cambio. Acabar con la crisis
política implicaba acabar con la presión sobre los beneficios, con la amenaza
que esta suponía para los intereses oligárquicos: respeto y continuidad de los
privilegios y de los poderes fácticos. Estos eran los contenidos de la paz
social, pero la clave de bóveda de esa estabilización estaba en la adhesión de
las clases medias. Por eso, el nuevo marco político debía aparecer como un
régimen que públicamente apareciese de y para las clases medias.” (p.349)
“(…) la clave de la Transición no está, por tanto,
en la traición y malicia de esa clase política, que la mayor parte de las veces
se había formado en el antifranquismo, cuanto en su molicie, en su
autocomplacencia. En tanto hijos de su clase hicieron lo que tenían que hacer.”
(p.354)
Como se ve lo que plantea son temas que no solo están
de rabiosa actualidad analítica, sino que sobre ellos pivotan buena parte de las
discusiones políticas del momento. Creo que es un libro muy recomendable sobre
todo para quien le interese entender el cómo y el porqué estamos donde estamos.
Dejo el enlace con un comentario interesante y más
completo.
Algo que me ha extrañado mucho es el error que se produce por tres veces de confundir el XXVIII Congreso del PSOE con el XVIII (y el "18 y medio").
Algo que me ha extrañado mucho es el error que se produce por tres veces de confundir el XXVIII Congreso del PSOE con el XVIII (y el "18 y medio").
Emmanuel Rodríguez López, Por qué
fracasó la democracia en España. La Transición y el régimen del `78
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