“Lo más terrible de esta historia es que las
víctimas y los verdugos de la España del 37 compartían lo esencial: la fe
marxista en el futuro y la urgencia para combatir el fascismo. Pero para los
verdugos eso era irrelevante al lado de la auténtica cuestión: la aceptación o
no de la ortodoxia, la sumisión o no al dogma según el cual era verdadero
aquello que servía a los intereses de la
URSS (y, por tanto, de Stalin) y falso lo que los perjudicaba. Admitir este
principio constituía el primer paso para todo lo demás: para justificar las
deficiencias en la construcción del socialismo, para tolerar la persecución de
las desviaciones, para consentir los crímenes.” (p. 230-231)
En esta
frase, con la que prácticamente acaba el libro, está muy bien resumido
el trasfondo de toda la historia que se nos cuenta y que no es otra que la
búsqueda de cómo y quién había hecho desaparecer a José Robles, un intelectual
republicano amigo y traductor de John Dos Passos.
El reciente Premio Nacional de Narrativa por su
última novela nos ofrece aquí una obra muy diferente a lo habitual en él. Se
trata de una investigación realmente detectivesca, basándose fundamentalmente
en fuentes secundarias, sobre el episodio de la mencionada desaparición de
Robles, a través de la cual nos irá mostrando desde los problemas que había
entre los diferentes servicios de espionaje que la URSS tenía en la España
republicana hasta los enfrentamientos entre comunistas y poumistas principalmente,
pasando por la amistad entre Robles y Dos Passos o entre este y Hemingway con
su posterior rompimiento, para en el capítulo final resumirnos la historia de
la familia del protagonista hasta el momento actual.
Si al interés que tiene todo lo anterior se la añade
la facilidad de Pisón para contar las cosas y la original forma en que
estructura el relato, nos encontramos ante un libro enormemente sugerente,
entretenido y que pone bastante claridad en una de las más importantes claves para entender el resultado final de la guerra civil:
los enfrentamientos dentro del bando republicano.
El autor de alguna manera toma partido por los
perseguidos y, desde luego, no salen muy bien parados personajes como Wenceslao
Roces o José Bergamín y, en general, la actuación de los comunistas.
El libro fue publicado en 2005 aunque yo no lo he leído hasta ahora.
Ignacio Martínez de Pisón, Enterrar a los muertos
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