viernes, 20 de mayo de 2016

Una novela corta pero dura




Hace menos de un mes comentaba en el blog un libro de relatos de Dazai que era lo primero que leía de este autor y ya avisaba de que tenía encargado otro. Acabo de leerlo y me confirma en lo que ya observé en sus relatos: vida dura, pesimismo, bebida, cierta desesperación, soledad, etc.
Desde luego se nota el carácter autobiográfico de muchas de las cosas que le suceden al protagonista, entre ellas su afición al sake y la morfina, que le llevan a la autodestrucción. En este sentido, me recuerda algunos libros leídos en los últimos tiempos cuyos protagonistas también tienen vidas difíciles en gran medida por el abuso del alcohol y las drogas; me refiero  a las autobiografías de Art Pepper y Dan Fante.
Dazai se aplica a sí mismo términos como: “Conciencia de delincuente”, “marginados”, “sentimiento de culpa” (p.45-46)
Además tiene fragmentos tan duros y desesperanzados como:

“Por lo general, las personas no muestran lo terribles que son. Pero son como una vaca pastando tranquila que, de repente, levanta la cola y descarga un latigazo sobre el tábano. Basta que se dé la ocasión para que muestren su horrenda naturaleza. Recuerdo que se me llegaba a erizar el cabello de terror al pensar en que este carácter innato es una condición esencial para que el ser humano sobreviva. Al pensarlo, perdía cualquier esperanza sobre la humanidad.” (p.17)

También ofrece una particular visión de la mujer:

“Comprender los sentimientos de cualquier mujer es más complicado y desagradable que estudiar las emociones de una lombriz. Según mi experiencia, que viene de cuando era niño, cuando una mujer se pone a llorar de repente, lo mejor es ofrecerle algún dulce y enseguida mejora su humor.” (p.34)

O confiesa:

 “No es que tuviera celos; nunca fui posesivo. Es cierto que a veces he sentido pena al perder algo, pero nunca la suficiente como para enfrentarme a los demás por este motivo, hasta el punto de que años después vi como violaban a mi esposa sin hacer nada para evitarlo.” (p.57)

Como se ve, se trata de una novela que aunque muy corta, 124 páginas, es lo suficientemente fuerte para lograr impactar en el lector.
Una reseña muy buena en.mi-estantería.


Osamu Danzai, Indigno de ser humano

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