“En este momento me gustaría poder
añadir que todo lo que han leído es ficción y que cualquier parecido con la
realidad es coincidencia, o fruto de la imaginación. Pero no lo es, ni siquiera
de la mía. Lo cierto es que la mayoría de los personajes que habitan esta
novela están inspirados en experiencias vividas por personas que he conocido, o
de las que he leído o he oído hablar. La realidad de la región en general, y de
la siria en particular, es tan dura, emocionante y extrema que apenas ha habido
que inventar nada, y mi trabajo ha consistido en hilar unas pocas de los
cientos, miles de historias…” (p. 412)
Estas palabras con las que la autora
abre la Nota final. Aclaración,
resumen muy bien en qué consiste este libro de alguien que, siendo hija de
sirio y española y a pesar de haber vivido solo cuatro años de su vida en
Siria, siente profundamente ese país.
Nachawati ha escrito un libro
combativo y testimonial de lo que estaba pasando en Siria entre 2011 y 2014.
Creo que merecería la pena una continuación con lo que sucede desde entonces ya
que parece que hay bastantes cosas que han cambiado.
El texto está dividido en dos partes.
En la primera muestra a los diferentes personajes que formarán la historia en
su vida, ocupaciones y preocupaciones habituales. En la segunda estos
personajes participarán, de un modo u otro, en la revolución que estalla en
Siria contra el gobierno de Al Asad.
Los protagonistas pertenecen en su
mayoría a la burguesía o pequeña burguesía y en varios casos, además, son hijos
de partidarios del régimen. Hay un violinista, una cantante, un experto en
medios audiovisuales, un refugiado palestino, etc. Todos se ven lanzados por
uno u otro camino a participar en el movimiento antirégimen sin que tengan una
ideología muy concreta más allá de las normales peticiones de mayores
libertades políticas y de defensa de los derechos humanos. Hay también otra
protagonista, Sarah –verdadero trasunto de la autora-, que desde España, a través de la escritura de un diario, va
contando muchas de las cosas que pasan y de sus repercusiones fuera de Siria.
Como decía al principio se trata de un
libro militante y combativo a favor del cambio político en Siria pero que, al
mismo tiempo, no toma partido pues en esos momentos la oposición que se muestra
está bastante unida en la persecución de unos objeticos comunes. Desde luego
esa no es la situación que parece que exista hoy en día.
Un ejemplo de la crítica al régimen
puede ser el siguiente fragmento:
“Como todos los habitantes del país
del Baaz, en los que se imbuía desde la tierna infancia el mecanismo que
permitía neutralizar los pensamientos propios y transformarlos en frases
hechas, se volvió un hipócrita. Un pequeño hipócrita en una gigantesca fábrica
de hipócritas.” (p 168)
Nachawati tiene una escritura muy
fluida, no en vano es periodista, y por
momentos brillante. Cuenta muy bien la historia, demuestra conocer el país y su
gente, y logra transmitir al lector esa necesidad de cambio.
Hay una buena reseña de Jorge Tamames
en politicaexterior.com y una interesante entrevista de Alba Aragón a la autora
en eldiario.es (en este caso es interesante leer los comentarios de los
lectores a la entrevista pues dan una visión muy diferente aunque, creo, que
tan sesgada como pueda ser la que critican).
Un libro muy recomendable aunque, lógicamente,
da una versión que tengo la impresión de que se ajusta bastante a los inicios
del proceso. Otra cosa es lo que haya venido detrás.
Leila Nachawati Rego, Cuando la revolución termine
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