Hace solo dos meses comentaba El
regreso del mismo autor. Al comprarlo me di cuenta por lo que se decía en
la solapa que desde Solo en el mundo,
el primer libro de Matar traducido al castellano, se había publicado este que
ahora comento. Como los dos leídos me habían gustado no he tardado en leer este
que me faltaba.
Desde luego no me ha defraudado. En uno de los comentarios que la editorial
ha puesto en la solapa del libro se dice: “Una novela llena de ternura, que
alude a temas shakesperianos y que puede leerse como un relato profundamente
personal de las pérdidas causadas por la tiranía y el exilio.” Times Literary Supplement. Un buen resumen
de lo que es esta magnífica novela.
Aunque me ha gustado menos que las otras dos, Matar tiene la capacidad de
tocar los temas con una delicadeza y, al mismo tiempo, con una fuerza que
atrapan. Sus personajes son de carne y hueso (quizá en esta novela hay alguno
que falla un poco y eso, creo, es lo que la hace algo inferior a las otras) y
sus historias, en buena medida autobiográficas, interesan desde el principio
hasta al final. Otra vez la figura del padre recorre todo el libro al igual que
sucede en los otros dos. Es obvio que su real desaparición causó en Matar un
impacto difícil de superar.
Escribe Rafal Narbona en la muy buena y muy completa reseña hecha en su
blog: “Matar posee un estilo fluido, preciso, lírico o funcional
conforme a las necesidades del relato, que consigue transmitir con credibilidad
los conflictos de los personajes, divididos entre el anhelo de felicidad y el
deseo de obrar éticamente. Sin necesidad de recurrir a grandes descripciones,
las ciudades son algo más que un telón de fondo. Londres no es un lugar
acogedor, sino una ciudad enferma que levanta muros de silencio entre sus
habitantes. El Cairo no es el paraíso, pero los transeúntes, incluso en medio
del hacinamiento y la confusión, no parecen tan desorientados.”
Creo que solo me queda añadir que me
parece un libro muy recomendable como los son los otros dos de Matar, un
escritor que por su edad seguramente nos ofrecerá más obras interesantes.
Hisham Matar, Historia de una desaparición. Traducción
Eduardo Iriarte Goñi
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