Estamos ante un libro peculiar en su
confección ya que, aunque habla en primera persona el propio Fritz Thyssen, el
libro lo escribió Emery Reves, un periodista y editor de origen húngaro, que se basó en las confesiones que le hizo
Thyssen y en sus propias aportaciones. Además, el libro se preparó en París y luego
se publicó en Nueva York en una fecha tan temprana como1941 cuando Thyssen
había sido detenido y encarcelado por el régimen. También es importante que la
edición no contó con el visto bueno sino más bien con la protesta del propio
Thyssen.
Como se afirma en el Prólogo de Juan
Bonilla hecho para esta edición:
“Reves por lo tanto, jugador de ventaja
como pocos, hombre enamorado de la actualidad y de los grandes nombres, hizo
pasar por obra de Thyssen el libro, y aunque muchas de las cosas que cuenta
están pintadas con colores exacerbados y tratan de salvaguardar la dignidad del
propio Thyssen (…), lo cierto es que a
lo largo de todo el libro desliza información preciosa de las altas esferas
nazis, de la manera de hacer negocios en un régimen corrompido en el que
abundaban los botarates y, ni que decir tiene, los lameculos.” (p.12)
Aquí se menciona uno de los aspectos más
interesantes del libro: el conocimiento de Thyssen y los contactos con las
jerarquías del régimen hacen que sus informaciones sean especialmente valiosas.
Además, es también muy relevante el hecho de que se trate de un industrial
conservador y católico, por lo que nos da una buena perspectiva de cómo se veía
el régimen desde esos sectores sociales.
Thyssen colaboró económicamente con los
nazis al principio hasta que en un momento determinado se separó del régimen. A
explicar ambos momentos se dedica la mayor parte del libro en el que no se
elude la crítica, sobre todo a los aspectos económicos, como se puede ver en
los ejemplos que siguen:
“Los nacionalsocialistas nunca han
tenido un verdadero plan económico. Entre ellos, unos eran enteramente
reaccionarios, otros abogaban por un sistema corporativo, otros sostenían los
puntos de vista de la extrema izquierda. A mi juicio, Hitler ha fracasado
porque ha considerado como una gran habilidad el asentir a la opinión de todo
el mundo.” (p. 154)
“Durante siete años he tenido que luchar
contra toda esa gente ignorante e incapaz. Es perder el tiempo discutir sus
estúpidos proyectos o refutar sus especiosos argumentos. De hecho, el régimen
nazi ha arruinado la industria alemana.” (p. 177)
Dos temas que me han interesado de forma
especial son: por una parte, la visión que tiene de los movimientos
revolucionarios de 1918 y 1919 y, por otro lado, lo que cuenta del fuerte
rechazo del régimen por el catolicismo.
Un libro bastante interesante y con
muchas aportaciones curiosas, pero que cuenta con la pega de no saber muy bien
qué hay de cierto en todo lo que cuenta el autor y cuánto de justificación por
el apoyo dado en los primeros años al régimen. Además de no saber, obviamente,
qué partes son las que no gustaron a Fritz Thyssen.
Hay una reseña muy buena y completa de
Alejando Díaz-Agero en abc.es.
Fritz Thyssen, Yo pagué a Hitler. Traducción L.Rivaud.
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