“Claudia Piñeiro siempre descubre los thrillers latentes en el mundo que nos
rodea. Pero, hasta ahora, no había hablado del poder. Las maldiciones salda brillantemente su deuda.”
Lo que se cuenta en la contraportada del
libro y esta frase de Santiago Roncagliolo, un escritor que me gusta mucho y de
cuya opinión me fío, reproducida por la editorial en la solapa son lo que me
decidieron a comprarlo y leerlo casi inmediatamente.
Un acierto. Se trata de una lectura muy
adictiva. Piñeiro ha construido un auténtico thriller que se desarrolla en el mundo de la política en Argentina,
pero que puede tener valor casi universal; basta leer los siguientes
fragmentos:
“En el movimiento del dinero físico, de
los billetes –e incluso en algunas cuentas clave- siempre tiene que haber
alguien que pueda saltar por el aire como un fusible ante una investigación
que, según soplen los vientos del poder, puede ser despiadada. (p. 91)
“Los líderes políticos, él bien lo sabe,
aun los que arrastran consigo las mayores pasiones, pueden ser autoritarios,
manipuladores, sádicos, arbitrarios, perversos, mentirosos, incluso deshonestos
o corruptos. Hasta incapaces” (p. 243)
¿Verdad que tienen altas resonancias por
nuestros pagos?
La novela cuenta la historia de dos
personajes principales, uno, el político en el que refleja algunas de las
características que acabo de citar y otro, alguien que llega a ese mundo por
casualidad, y que se ve implicado en un asunto que da lugar a la trama
principal. En la novela hay, además, una serie de personajes secundarios muy
bien caracterizados del que me gustaría destacar, quizá por cierta afinidad
personal, al tío del protagonista, un viejo radical alfonsinista, de Raúl
Alfonsín, del que cita muchas frases realmente inspiradas.
En capítulos que se van intercalando
aparecen también las notas que una periodista, La China, está preparando para
escribir un libro sobre La maldición de
Alsina, notas en las que nos cuenta un montón de cosas sobre el tema de las
maldiciones y las supersticiones que, aunque a veces rompan un poco el
desarrollo de la trama, son muy curiosas e interesantes.
Como decía antes, la novela tiene una
construcción muy precisa. Hay saltos en el tiempo mediante bien pensados flash backs y un uso de la tercera persona alternando con la
primera que da mucha verosimilitud y cercanía al relato. Además, usa muy bien
el lenguaje coloquial argentino y sus giros peculiares.
Una novela de esas de las que es difícil
separarse aunque sea por un rato. Tremendamente entretenida y muy interesante
por el tema y la forma de tratarlo. Muy recomendable.
Como es una escritora que no conocía ya
estoy buscando libros anteriores.
En pagina12.com hay una buena entrevista
de Silvina Friera con la autora.
Claudia Piñeiro, Las maldiciones
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