Interesante esfuerzo de uno de los pocos
intelectuales que desde la izquierda se atreve con estos temas y con otros aún
más difíciles como hace en La desfachatez
intelectual criticando a muchos “intelectuales” dedicados en tertulias y
columnas a opinar de todo lo que se mueva, tengan o no conocimiento de aquello
de lo que opinan.
En este librito de poco más de 100 páginas
Sánchez-Cuenca plantea el tema de la existencia de una superioridad moral de la
izquierda y, al mismo tiempo, otra superioridad intelectual de la derecha que,
además, tiene un predominio casi absoluto en los gobiernos europeos.
Esa contradicción queda ya expresada en el extenso
Prólogo de Íñigo Errejón, cuando afirma:
“La izquierda podría así definirse como aquel
colectivo que fundamentalmente discute sobre la izquierda. Es muy probable que
las personas progresistas guarden con eso que se llama la izquierda una
relación paradójica: están bastante orgullosos de sus valores y al mismo tiempo
viven en una insatisfacción permanente con los actores políticos que deberían
convertirlos en transformaciones del presente.” (p. XII)
Efectivamente, superioridad moral, pero clara
inferioridad en la acción política.
Sánchez-Cuenca ve la superioridad de la izquierda en
los valores de justicia, libertad frente a la opresión y solidaridad que
enfrenta al predominio en la derecha de los de obediencia, lealtad, autoridad o
en la existencia de valores intocables. Lo más interesante es que utiliza el
problema actual en Cataluña para ejemplificar el funcionamiento de estos
valores. También lo hace analizando las respuestas a la relación contractual
entre trabajador y empleador, así como la que ambos dan al tema de la
inmigración. Como se ve no se trata solo de enunciar los valores sino de ver
cómo funcionan en sus aplicaciones prácticas. Ni que decir tiene que todo esto
es tremendamente discutible y es una pena que el autor no haya dado alguna otra
versión aunque solo fuera para rebatirla.
Sobre la procedencia de la superioridad moral, dice lo siguiente:
“A causa de su universalismo, la izquierda tiene la
capacidad de reinventarse apelando de formas nuevas a su ideal emancipatorio.
Justamente de ahí procede su superioridad moral frente a otras ideologías. Esta
es la mayor paradoja: a pesar de su lado oscuro, mantiene una capacidad casi
ilimitada para continuar siendo una inspiración de las luchas por un mundo más
justo.” (p. 86)
Hay también en el libro un capítulo, muy interesante
pero que tengo la impresión de que poco trabajado, sobre el posible origen de
la ideología en las personas, esto es, sobre por qué alguien se hace de
derechas o de izquierdas. Reproduce diferentes teorías (interés material,
pertenencia de clase, educación familiar,…), pero termina haciendo alusión a un
cierto carácter moral que no explica de dónde sale. Es una pena porque me
parece uno de los temas capitales del libro.
Como decía antes, también plantea la superioridad
intelectual de la derecha en un breve pero muy interesante capítulo porque de
lo que en él se dice se deriva en gran parte la crisis que actualmente tiene,
tenemos, la izquierda. Además, esas ideas las aplica muy bien en el Epílogo que
tiene el sugerente título de Elogio
(fúnebre) de la socialdemocracia. En este título queda bien reflejada una
de las ideas principales que transmite Sánchez-Cuenca en este librito: la
socialdemocracia, que cumplió un gran papel de redistribución de la riqueza en
el pasado, actualmente ha fracasado y hay que buscar nuevas fórmulas.
El problema, como siempre y como ya he dicho en los
comentarios a varios libros leídos recientemente (por cierto el último con
Prólogo del propio Sánchez-Cuenca), es llegar a discernir qué hay que hacer,
cómo hay que hacerlo y con quién. Esta es en el fondo la madre del cordero a la
que tampoco responde de forma clara Errejón en el citado Prólogo.
Sánchez-Cuenca termina su texto con las siguientes
palabras:
“Sea quien sea quien tome el relevo, tendrá que
inventar nuevas fórmulas que se ganan la confianza de la gente. Quizá sea la
renta básica universal, o un modelo de integración supranacional diferente al
de la UE (hoy casi totalmente dominado por tendencias neoliberales), o una
coalición internacional de lucha contra el cambio climático, o una nueva
regulación del capitalismo financiero, o una mezcla de varios de estos
elementos: sin algo de esta naturaleza, que vaya más allá del Estado del
bienestar, las socialdemocracia continuará languideciendo mientras se producen
diversos seísmos políticos.” (p 111)
Ahora solo queda ver la forma de articular un
programa así y encontrar los sujetos y/o los grupos dispuestos a ello (y a más
cosas por supuesto).
Un libro que deja bastantes temas abiertos y que es
muy interesante para plantear debates. Un buen esfuerzo que, como dice al
autor, tiene su origen en unos artículos en ctxt.es, una de las mejores
revistas digitales del momento que, además, coedita el libro.
Ignacio Sánchez-Cuenca, La superioridad moral de la izquierda. Prólogo de Íñigo Errejón.
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