No hace aún un mes terminaba mi comentario al libro
de Alkorta Océano África con estas
palabras:
“Solo queda recomendar muy
especialmente el libro y esperar que el autor se anime pronto a una nueva
publicación.”
El propio autor me sacó del error a
través de twitter comunicándome que
ya había publicado otro libro el año anterior. He tardado un poco en hacerme
con él (vivir en una isla tiene sus inconvenientes), pero nada en ponerme a su
lectura.
Alkorta vuelve a África. Esta vez en
el año 2016 y a una zona que no aparecía en su anterior libro: la parte
nororiental o más en concreto, tal como
indica su título, la zona recorrida por el Nilo desde sus inicios como Nilo Blanco
y Nilo Azul. Así, cada capítulo se dedica a uno de los países atravesados por
el río: Uganda, Sudán del Sur, Etiopía, Sudán y Egipto.
Como ya sucedía en su libro anterior,
Alkorta nos va contando los diferentes itinerarios con alusiones a aspectos
históricos en unos casos, a la evolución política en otros e incluso con alguna
referencia al arte sobre todo en el caso de Egipto y también, por supuesto, va
tomando contacto con personajes de cada lugar y dejando constancia de ello.
Tengo la impresión al terminar el
libro de que con respecto al anterior hay un par de diferencias no tanto de
contenido como de grado. Me refiero a que en este hay más información sobre
aspectos históricos o políticos y algo menos de presencia de habitantes del lugar
y más de las peripecias del propio autor y sus diferentes
acompañantes. ¿Cambia esto el interés del libro? En mi opinión evidentemente
no, pero sí que es cierto que las sensaciones que produce son algo diferentes.
En línea con lo dicho, y en parte para
desmentirlo, a mí me han gustado mucho y me han emocionado tres historias de
tres personajes: la de la joven ugandesa Grace cuyos estudios financia un
jubilado español, la del joven secuestrado y convertido en soldado por el
ejército rebelde de Uganda y, aunque este sea un caso muy distinto, el de Awad,
un periodista sudanés que parece sacado de una serie televisiva (antigua desde
luego), que me reconcilia con una profesión que tanto respeto y aprecio.
También colaboran a esta reconciliación, como ya he
dicho en otra ocasión, gentes como Ramón Lobo, Mikel Ayestaran o el propio
Alkorta que es capaz de escribir los siguiente: “Durante toda mi vida he
defendido la necesidad de no discriminar a los demás por su aspecto, de no
temer la diferencia, y ahí estaba yo, caminando calle abajo con un bocadillo
mordisqueado en la mano. Me asqueó mi reacción. Mi temor. Lo más perverso del
miedo es que busca excusas.” (p. 93) (Se
refiere al miedo que sintió ante un
chico con mochila y kufiyya roja y
blanca)
Una reflexión con la que me identifico
totalmente y que muestra lo difícil que es eliminar estereotipos sean del tipo
que sean.
Otro magnífico texto que en este caso
la editorial ha tenido el detalle de acompañar con un mapa plastificado y en
colores que resulta muy útil para seguir el itinerario que se nos cuenta.
Hay una buena reseña de Francesc Bon
en unlibroaldia.blogsport.com y una interesante entrevista de Lola Hierro con
el autor en elpais.com.
Evidentemente, tengo que terminar este
comentario con la misma frase con el que terminaba el del libro anterior: “Solo
queda recomendar muy especialmente el libro y esperar que el autor se anime
pronto a una nueva publicación.”
Xavier Aldekoa, Hijos
del Nilo
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