Tras su excursión por el mundo del fútbol al que ha
dedicado las dos últimas novelas de las
que solo he leído la primera (me ha
bastado con una para darme cuenta de que me gustaba tanto como el fútbol, es
decir, nada), vuelve el mejor Kerr con su gran creación, el
detective/policía/chicoparatodo Bernie Gunther. Y vuelve con una de las mejores
de una serie que llega ya al número 10.
Un Gunther todavía más irónico, cínico y sarcástico
de lo habitual que, sobre todo en la primera y en la última parte, nos regala
multitud de frases del estilo de: “Los nazis eran como la sífilis: ignorarlos y
esperar que todo mejorara nunca había sido una opción realista.” (p. 48) Tan
mujeriego como de costumbre, pero con alguna conquista espectacular.
Además, cuenta con la presencia estelar nada menos que de
Goebbels y la más anecdótica de Kurt Waldheim.
Por lo demás, una trama que tarda bastante en
aparecer, pero que luego se va desarrollando con momentos muy logrados y el
gran interés añadido de desplazar la acción a Yugoslavia lo que aprovecha Kerr
para hacer una crítica implacable de los ustachas en particular y del catolicismo croata en general.
Una novela tremendamente entretenida aunque cueste
un poco entrar en ella y algo diferente de las anteriores, al menos de lo que yo
recuerdo pues hace ahora cuatro años de la última, sobre todo por la menor
presencia de nazis ya sean jerarcas o simples policías excluyendo, obviamente,
al ya citado Goebbels.
Hay una buena reseña de Jacinto Antón en elpais.com
y otra interesante de David Parra en cincuentopia.com.
Ha salido ya y la tengo pendiente en el estante
correspondiente la siguiente novela de la serie, El otro lado del silencio,
por lo que parece que Kerr ha decidido centrarse en ella y abandonar el
tema del fútbol, algo muy de agradecer.
Philip Kerr, La
dama de Zagreb. Traducción Eduardo Iriarte.
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