domingo, 28 de octubre de 2018

Buena base para el debate


Aunque seguramente tenga razón IgnacioSánchez-Cuenca, quien por otra parte ha escrito mucho y bien sobre el tema de la izquierda, en su reseña de libro hecha en infolibre.es cuando entre otras cosas afirma:

“Las consideraciones del autor se quedan todo el tiempo en la espuma de la izquierda, no penetran en la sustancia. Con estilo desenfadado, Gracia nos ofrece un catálogo de lo que le gusta y disgusta de la izquierda (muy propio de los tiempos del Facebook) que a unos divertirá y a otros irritará, pero me temo que no contribuirá demasiado a los grandes debates planteados en el seno de la izquierda.”

Decía que aunque tenga razón en lo fundamental, a mí me parece útil leer este tipo de consideraciones que unas  veces comparto y con otras estoy en completo  desacuerdo.
En función de lo dicho en este comentario lo que haré será dejar constancia de algunos acuerdos y desacuerdos.
Entre los primeros destaco:
 - La crítica que hace a lo que llama a lo largo del librito “nueva izquierda”, y que no es otra cosa que Podemos aunque este nombre solo aparezca un par de veces. Dice que: desiste de lo real, se autoengaña, tiene rigidez moral y puritanismo así como un cierto complejo de superioridad. El primer Podemos tenía estas taras que ha estado corrigiendo hasta llegar al momento actual que seguro que habrá sorprendido al propio Gracia con el papel que está jugando.
- Una cierta visión de la Transición que sin matizar demasiado ha tenido tendencia a no considerar entre otras cosas las que destaca Gracia en el siguiente fragmento:

“Han olvidado la sórdida cultura política que fuimos, han olvidado el tutelaje de un ejército pronto a tomarse la revancha por la prematura muerte de Franco, han olvidado que la mayoría de la población fue pasivamente franquista, han olvidado que la movilización política, laboral y social nunca fue mayoritaria, han olvidado que la universidad y sus agitaciones revolucionarias no representabas a las clases medias.” (p. 39)

-        También creo que acierta en las dos consideraciones siguientes:

“A veces parece que la izquierda occidental no ha entendido que es una izquierda burguesa que aspira antes que nada a preservar su estatus.” (p. 31)

“(…) la urgencia de lo real le exige a la izquierda prudencia y pragmatismo para reparar las averías de un sistema que ni puede ni sabe cómo reemplazar.” (p. 27)

Hasta aquí las principales ideas que puedo compartir con el autor.
Los desacuerdos serían entre otros:
-        La acusación a la nueva izquierda de proindependentista cuando afirma que: 

“(…) ha creído de forma oportunista y táctica que sus banderas no podían faltar entre las banderas callejeras del independentismo. Ha sido el síntoma más flagrante en Cataluña de su debilidad argumental y de la pobreza de su idea de solidaridad y cohesión social…” (p.18-19).

Creo que aquí le pierde su rechazo frontal de la idea independentista y el considerar apoyo lo que no sea ese rechazo frontal y militante.
-        El considerar un fracaso lo que él tiene por bajos índices de participación en las consultas de la tantas veces citada nueva izquierda sin tener en cuenta dos aspectos clave: por un lado, que el número de inscritos no refleja ni siquiera el de simpatizantes ya que se puede inscribir quien quiera y, por otro lado, no valorar lo que significa que la gente pueda participar en las decisiones que toman los políticos sin limitarse a votar cada cuatro años.
-        Por último, como suele suceder en este tipo de texto (en más de una ocasión ya he dicho lo que viene a continuación comentando otros libros) no hay sugerencias ni propuestas para ese “seguir siendo de izquierdas en el siglo XXI”, más allá de proponer una izquierda irónica, pesimista y recelosa.
Como se ve, como decía al principio, aunque solo sea para compartir algunos puntos y debatir otros ya merece la pena dedicar un rato a este librito que, además, apenas llega a las 80 páginas.

Jordi Gracia, Contra la izquierda. Para seguir siendo de izquierdas en el siglo XXI.

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