Tiende uno a creer que después de haber leído los
libros de Anna Lárina, Evgemia Ginzburg, Margarete Buber-Neumann o Nadiezhda
Mandelsdtam ya conoce todos los padecimientos que sufrieron las mujeres en la
Unión Soviética y, sin embargo, este breve libro demuestra que no es así.
En él se recoge el texto Mi autobiografía que Yaroslávskaia escribió mientras estaba
recluida en la prisión poco antes de ser fusilada. Además, en esta edición se
incluyen otros textos interesantes: El interrogatorio a que fue sometida el 12
de enero de 1931, la sentencia, un extracto del acta del consejo de la GPU y un
extracto del testimonio de un guardia. También hay un Prólogo de Olivier Rolin
presentando a la autora y un largo
Posfacio de Irina Flige, la descubridora del texto original, sobre el contenido
y su contexto. Hay que destacar también
las magníficas notas de Ferran Mateo que ayudan a entender mejor algunos
aspectos de lo que se cuenta.
Yaroslávskaia era hija de gente de la burguesía
intelectual judía de Petrogrado, nació en 1902, estudió en la universidad, se casó a los
veinte años con el poeta Aleksandr Yaroslavski, fue partidaria de la revolución
de octubre en los primeros momentos, pero poco a poco se fue alejando al
apreciar que se desviaba de sus objetivos originales. Con su marido estuvo
dando charlas antirreligiosas a lo largo
del país, pero al crearse la Unión de Ateos la pareja quedó excluida al
encargarse las charlas a esta organización. Viajaron entonces a París y Berlín
a cuyo regreso fue detenido él por haberse relacionado con exiliados y enviado
a las Islas Solovkí. A partir de ese momento, Yevguenia se dedicará al robo y a
vivir en la calle en contacto con el hampa. Será detenida, procesada y
condenada a “la medida suprema de protección social”, el magnífico eufemismo
para no decir el fusilamiento.
Como se dice en el Posfacio, el texto de la
autobiografía se escribió de un tirón y sin correcciones, sin que se sepa si
hubo un borrador previo. Desde luego, si algo lo caracteriza es su enorme
fuerza, pues además de los hechos de su vida introduce de vez en cuando algunos
elementos de su ideología y de su visión de la revolución.
Como dice Olivier Rolin en el Prólogo:
“En el acta procesal de su interrogatorio
-¡redactado por ella misma!- dice militar por la insurrección campesina, por la
deserción entre las filas del Ejército Rojo, por los levantamientos en los
campos e incluso por “actos terroristas aislados contra agentes de la GPU”… No
sé si existe algún otro ejemplo de una intrepidez tan brillante, de una
libertad tan insolentemente forjada.” (p.
18)
Esa intrepidez y esa libertad son los dos elementos
que hacen que la lectura de este breve texto autobiográfico, apenas tiene
ochenta páginas, sea tan apasionante y novedosa.
Hay dos buenas reseñas: la de Montuenga en
unlibroaldia.blogspot.com y la de Monika Zgustova en elpais.com.
Yevguenia Yaroslávskaia-Markón, Insumisa. Traducción Marta Rebón
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