viernes, 13 de diciembre de 2019

Sobre el ejercicio del periodismo



Para quien esté interesado  en el funcionamiento de los medios de comunicación y muy especialmente de la prensa, los textos de Serrano son una herramienta de análisis yo diría que imprescindible. Este periodista es un crítico muy atento de la realidad de los medios. Cada mes saca desde hace ya muchos años lo que llama “Perlas informativas” en las que da cuenta de cómo se dan determinadas noticias con lo que supone, en la mayoría de los casos, de manipulación y mala praxis periodística.
Creo que he leído todo lo que ha publicado, y si tuviera que destacar algunos de sus libros lo haría con La (des)información que me parece un texto fundamental para aprender a ver los medios con los ojos bien abiertos y la mente muy atenta.
En el que ahora comento lo que ha hecho el autor es una recopilación de sus artículos en diferentes medios, de alguna conferencia e incluso de algún texto inédito. Generalmente este tipo de publicaciones suelen ser un tanto tediosas y estar poco articuladas. No es el caso. Serrano ha hecho una espléndida labor de edición y no solo ha evitado duplicaciones innecesarias, sino que los diferentes artículos están muy ordenados y, con algún salto lógico, mantienen bastante bien la coherencia del discurso.
El libro está dividido en cuatro grandes apartados: El periodismo que sufrimos, Qué hacen los gobiernos y los Parlamentos, Las redes y nuevas tecnologías y Hacia dónde vamos. En todos ellos hay textos realmente interesantes y solo se echa de menos en algunos casos que no sean más extensos porque el tema daba para más. Además, y esta es una característica de toda la obra del autor, lo que se dice está siempre acompañado de muy buenos ejemplos. Ni que decir tiene que hace una crítica a veces feroz de muchas actuaciones e informaciones mostrando su compromiso con la profesión y saliéndose de lo que suele ser habitual.
Dejo a continuación algunos fragmentos significativos.

Críticas al funcionamiento de la prensa:

“Pero el caso más espectacular es el de esos directores que nos cuentan cómo funciona el país cuando los despiden de su periódico. Porque, precisamente, contarnos los entramados del funcionamiento del país es lo que se suponía que debían hacer antes de despedirlos, y no después.” (p. 12)

“Bien por servidumbres políticas al poder, bien por inercias y abaratamientos de costes y personal, demasiadas veces el tratamiento periodístico se limita a reproducir informaciones oficiales sin contraste ni análisis. La fuente informativa oficial, la gubernamental, la nota oficial, despierta en los periodistas una legitimidad y veracidad injustificada.” (p. 38)

Críticas a la utilización de los medios por los políticos:

“La conclusión es clara. Frente a ese tópico de que los políticos quieren tener medios públicos para poder hacer propaganda de su gestión, la  realidad muestra que el sistema más utilizado es hacerlo a través de los medios privados mediante varias fórmulas: desde la publicidad institucional –la más recurrida- hasta la relación estrecha entre partido gobernante y accionista, o el trasvase de recursos públicos desde administraciones pública a la cuenta de los medios o, directamente, de sus propietarios.” (p. 101)

Critica de la “politización” de los medios:

“Hace ya mucho tiempo que la hipertrofia del sistema mediático está suponiendo, de modo ilícito a mi entender, apropiarse de un poder y una competencia que le corresponde al poder político elegido. A nadie se nos escapa que tiene más facilidad de dirigirse a los ciudadanos y, por tanto, potencial influencia, un columnista de prensa o un tertuliano, elegido por el dedo de un directivo o empresa de comunicación, que un ministro o que un diputado elegido por los ciudadanos.” (p. 242)

Desde otro punto de vista me ha gustado mucho la siguiente afirmación sobre el uso de las redes:

 “El sistema de participación ciudadana por internet permite entretener a la gente en causas absurdas en detrimento de movilizaciones por motivos necesarios.” (p. 152)

Esto, que desarrolla más ampliamente, es algo que se nota bastante y que creo que está afectando a la manera de hacer política de algunos colectivos.
También me ha llamado la atención, porque es una idea que me parece muy acertada y que no se me había pasado por la cabeza, la siguiente cita que hace de Rafael Poch que fue durante muchos años corresponsal de La Vanguardia en Moscú:

 “(…) naturalmente RT defiende intereses rusos, pero su mera existencia contribuye al pluralismo. Quiero decir al pluralismo realmente existente, que especialmente en materia de medios de  televisión es un pluralismo de propagandas, algo que está muy lejos de ser ideal, pero que es mucho mejor que el monopolio que sufrimos durante la primera guerra de Irak (CNN) o la inducida disolución bélica de Yugoslavia (CNN, BBC, etcétera).” (Subrayado en el original)
(RT es Russia Today una emisora propiedad del Estado ruso). (p. 232)

Evidentemente, hay muchas más cosas para destacar como pueden ser: los datos que da sobre el uso de la publicidad institucional en Madrid o la dura crítica que hace de Facebook (en la que, por cierto, me veo bien reflejado). Solamente me ha parecido un tanto flojo el tratamiento que se da a un tema tan importante y actual como es el “procés” en Catalunya. Creo que en este tema Serrano se deja llevar demasiado por su visión y no atiende como debiera a la realidad de la información que se ha dado y se sigue dando sobre él.
Estamos ante un libro de obligada lectura para quienes estén interesados en cómo se ejerce hoy el periodismo que es tanto como decir en cómo se ejerce hoy el poder (como se puede ver en una de las frases citadas).
Es muy curioso que un libro sobre este tema no haya causado tanto revuelo como el de David Jiménez cuando es infinitamente más interesante y cuando también en él se dan nombres de personajes (personajillos diría yo) conocidos. Creo que la ideología de Serrano y el que su crítica se dirija a un amplio espectro tienen la culpa.
Hay una reseña de Enric Llopis en rebelión.org en el que se ofrecen muchos ejmplos de los que mencionaba en mi comentario.


Pascual Serrano, Paren las rotativas. Una pausa para ver dónde está y adónde va el periodismo.

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