Para quien esté interesado en el funcionamiento de los medios de comunicación
y muy especialmente de la prensa, los textos de Serrano son una herramienta de
análisis yo diría que imprescindible. Este periodista es un crítico muy atento
de la realidad de los medios. Cada mes saca desde hace ya muchos años lo que
llama “Perlas informativas” en las
que da cuenta de cómo se dan determinadas noticias con lo que supone, en la
mayoría de los casos, de manipulación y mala praxis periodística.
Creo que he leído todo lo que ha publicado, y si
tuviera que destacar algunos de sus libros lo haría con La (des)información que me parece un texto fundamental para
aprender a ver los medios con los ojos bien abiertos y la mente muy atenta.
En el que ahora comento lo que ha hecho el autor es
una recopilación de sus artículos en diferentes medios, de alguna conferencia e
incluso de algún texto inédito. Generalmente este tipo de publicaciones suelen
ser un tanto tediosas y estar poco articuladas. No es el caso. Serrano ha hecho
una espléndida labor de edición y no solo ha evitado duplicaciones innecesarias,
sino que los diferentes artículos están muy ordenados y, con algún salto
lógico, mantienen bastante bien la coherencia del discurso.
El libro está dividido en cuatro grandes apartados:
El periodismo que sufrimos, Qué hacen los gobiernos y los Parlamentos, Las
redes y nuevas tecnologías y Hacia dónde vamos. En todos ellos hay textos
realmente interesantes y solo se echa de menos en algunos casos que no sean más
extensos porque el tema daba para más. Además, y esta es una característica de
toda la obra del autor, lo que se dice está siempre acompañado de muy buenos
ejemplos. Ni que decir tiene que hace una crítica a veces feroz de muchas
actuaciones e informaciones mostrando su compromiso con la profesión y
saliéndose de lo que suele ser habitual.
Dejo a continuación algunos fragmentos
significativos.
Críticas al funcionamiento de la prensa:
“Pero el caso más espectacular es el de esos
directores que nos cuentan cómo funciona el país cuando los despiden de su
periódico. Porque, precisamente, contarnos los entramados del funcionamiento
del país es lo que se suponía que debían hacer antes de despedirlos, y no
después.” (p. 12)
“Bien por servidumbres políticas al poder, bien por
inercias y abaratamientos de costes y personal, demasiadas veces el tratamiento
periodístico se limita a reproducir informaciones oficiales sin contraste ni
análisis. La fuente informativa oficial, la gubernamental, la nota oficial,
despierta en los periodistas una legitimidad y veracidad injustificada.” (p.
38)
Críticas a la utilización de los medios por los
políticos:
“La conclusión es clara. Frente a ese tópico de que
los políticos quieren tener medios públicos para poder hacer propaganda de su
gestión, la realidad muestra que el
sistema más utilizado es hacerlo a través de los medios privados mediante
varias fórmulas: desde la publicidad institucional –la más recurrida- hasta la
relación estrecha entre partido gobernante y accionista, o el trasvase de
recursos públicos desde administraciones pública a la cuenta de los medios o,
directamente, de sus propietarios.” (p. 101)
Critica de la “politización” de los medios:
“Hace ya mucho tiempo que la hipertrofia del sistema
mediático está suponiendo, de modo ilícito a mi entender, apropiarse de un
poder y una competencia que le corresponde al poder político elegido. A nadie
se nos escapa que tiene más facilidad de dirigirse a los ciudadanos y, por
tanto, potencial influencia, un columnista de prensa o un tertuliano, elegido
por el dedo de un directivo o empresa de comunicación, que un ministro o que un
diputado elegido por los ciudadanos.” (p. 242)
Desde otro punto de vista me ha gustado mucho la
siguiente afirmación sobre el uso de las redes:
“El sistema
de participación ciudadana por internet permite entretener a la gente en causas
absurdas en detrimento de movilizaciones por motivos necesarios.” (p. 152)
Esto, que desarrolla más ampliamente, es algo que se
nota bastante y que creo que está afectando a la manera de hacer política de
algunos colectivos.
También me ha llamado la atención, porque es una
idea que me parece muy acertada y que no se me había pasado por la cabeza, la
siguiente cita que hace de Rafael Poch que fue durante muchos años corresponsal
de La Vanguardia en Moscú:
“(…)
naturalmente RT defiende intereses rusos, pero su mera existencia contribuye al
pluralismo. Quiero decir al pluralismo
realmente existente, que especialmente en materia de medios de televisión es un pluralismo de propagandas, algo que está muy lejos de ser ideal,
pero que es mucho mejor que el monopolio que sufrimos durante la primera guerra
de Irak (CNN) o la inducida disolución bélica de Yugoslavia (CNN, BBC,
etcétera).” (Subrayado en el original)
(RT
es Russia Today una emisora propiedad del Estado ruso).
(p. 232)
Evidentemente, hay muchas más cosas para destacar
como pueden ser: los datos que da sobre el uso de la publicidad institucional en Madrid o la dura crítica que hace de Facebook (en la que, por cierto, me
veo bien reflejado). Solamente me ha parecido un tanto flojo el tratamiento que
se da a un tema tan importante y actual como es el “procés” en Catalunya. Creo
que en este tema Serrano se deja llevar demasiado por su visión y no atiende
como debiera a la realidad de la información que se ha dado y se sigue dando
sobre él.
Estamos ante un libro de obligada lectura para
quienes estén interesados en cómo se ejerce hoy el periodismo que es tanto como
decir en cómo se ejerce hoy el poder (como se puede ver en una de las frases
citadas).
Es muy curioso que un libro sobre este tema no haya
causado tanto revuelo como el de David Jiménez cuando es infinitamente más
interesante y cuando también en él se dan nombres de personajes (personajillos
diría yo) conocidos. Creo que la ideología de Serrano y el que su crítica se
dirija a un amplio espectro tienen la culpa.
Hay una reseña de Enric Llopis en rebelión.org en el
que se ofrecen muchos ejmplos de los que mencionaba en mi comentario.
Pascual Serrano, Paren
las rotativas. Una pausa para ver dónde está y adónde va el periodismo.
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