Desgraciadamente no es muy habitual encontrarse en
nuestras librerías con libros que nos pongan en contacto con realidades y
países de los que apenas sabemos el nombre, pero de vez en cuando aparece
alguna sorpresa como la de este libro.
Esta escritora, periodista y antropóloga social
noruega recorrió a lo largo de distintos momentos del año 2013 los cinco países
que forman el Asia Central exsoviética. Además, no se contentó con visitar las
capitales, sino que recorrió buena parte de cada país como consta en los mapas
que se reproducen al inicio del espacio dedicado a cada país.
Estamos ante una buena combinación de libro de
viajes, con elementos del reportaje, algún aspecto de antropología, de
información de la situación política y con algunas anotaciones también de su
historia principalmente de la más reciente. Así pues, se trata de un texto que
nos ayuda a conocer y entender las realidades de esos países tan diferentes
entre sí en tantas cosas, aunque vistos desde aquí tengamos la tendencia a pensar
que son prácticamente lo mismo. Sin embargo, como resume muy bien la autora en
la parte final del libro, apenas tienen en común el haber sido parte de la
antigua URSS y estar hoy gobernados, salvo en parte en el caso de Kirguistán, por sistema autoritarios.
También hay varios casos de conflictos étnicos latentes. Lo demás es muy
diferente, desde su tamaño, geografía (llanuras desérticas o grandes montañas),
población, riquezas naturales (petróleo o gas en unos frente a otros que no
tienen ninguna), origen étnico, lenguas, etc.
Para recabar muchas de las informaciones que
suministra en el libro se ha valido en gran parte de entrevistas con gente de
la calle y en sus propias observaciones. Además, ha utilizado la bibliografía
que cita al final.
Algunas cosas que se pueden destacar de cada país:
Turkmenistán.
Una dictadura muy similar a la de Corea del Norte llevada al absurdo de llegar a
prohibir a los hombres llevar el pelo largo y barba o prohibir también la ópera
y el circo. Algunos lo llaman “Absurdistán”.
Kazajistán.
El desastre del mar de Aral que luego veremos también en otros países. Su zona
oriental fue utilizada para hacer pruebas de bombas atómicas. La presencia de
Dostoievski enamorado y su boda.
Tayikistán.
Ostenta el récord del mástil más alto para una bandera. Tienen limitado el
tiempo de duración de una boda para evitar que se arruinen las familias con
esas celebraciones. Hay un buen resumen del “gran juego” a lo largo de la
historia entre Gran Bretaña y Rusia para tomar posiciones en esa zona.
Kirguistán.
Un tercio de los matrimonios se celebran previo el rapto de la novia. El que
tiene el sistema político más “democrático” y libre, pero también con problemas
de enfrentamientos entre kirguises y uzbekos en la parte oriental.
Uzbekistán.
Gran desarrollo de la seda (aquí Fatland explica muy bien el proceso). Muy
interesante el museo creado por Ígor Savitsky en pleno desierto.
En fin, solo alguna de las innumerables cosas que se
pueden encontrar en un libro que tiene 468 páginas y en las que ninguna tiene
desperdicio.
Hay también unas cuantas fotos a todo color de cada
país. Me hubiera gustado que fueran bastantes más porque son muy significativas
y explicativas.
Un libro absolutamente recomendable tanto si lo que
se quiere es conocer esas realidades tan diferentes a la nuestra como si
simplemente se quiere pasar un buen rato ya que la autora une a su condición de
antropóloga, y por tanto persona curiosa, el buen hacer de la escritura
periodística que dota de mucha agilidad a lo narrado.
Un libro espléndido.
Hay una buena reseña Daniel Arjona en
elconfidencial.com.
Erika Fatland, Sovietistán.
Un viaje por las repúblicas de Asia Central. Traducción Carmen Freixanet.
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