Leí este libro cuando se publicó por primera vez en
2007. Lógicamente no está comentado en el blog porque lo comencé en 2009, pero
sí hay una referencia a lo bueno que me pareció en el comentario a otro libro
del mismo autor. Lo compré el otro día –ha sido reeditado en 2017-, porque con
el confinamiento, como no se puede acudir a las librerías, apetece mirar en las
virtuales y poder hacerse con algunos ejemplares. El libro me sonaba, pero
tampoco estaba seguro de haberlo leído y tanto el tema como el autor me
interesan mucho.
Vaya por delante que me parece un libro realmente
magnífico. Roncagliolo es un gran escritor y aquí demuestra que también es un
buen periodista, tanto por la gente a la que logra entrevistar, como por la
capacidad de resistirse al discurso fácil antiterrorista sin más matices.
El texto está dividido en tres partes. En la
primera, La escuela del terror,
cuenta los orígenes del Abimael Guzmán y del grupo que dirigió. En la segunda, La guerra, como indica el título se
centra en las principales acciones de Sendero Luminoso y también en las
reacciones que suscitó. En la tercera, La
cárcel, es en la que más analiza el fenómeno que supuso ese grupo
terrorista.
El libro tiene dos aspectos que destacan. Por un
lado, a pesar de las dificultades para obtener información sobre un dirigente y
un grupo tan hermético, a partir de una serie de entrevistas tanto con el
abogado de Guzmán como con dos de las mujeres de su entorno, logra
informaciones interesantes. En el mismo sentido son muy clarificadoras las entrevistas
que realiza a quien estaba al mando del GEIN (Grupo Especial de Inteligencia),
que es quien cambia el método de persecución de Sendero Luminoso, y al capitán
de la DINOES (Dirección Nacional de Operativos Especiales), que fue el grupo
encargado del aniquilamiento final. También habla con gente “normal” sobre las
actitudes que tuvieron con la población los miembros de Sendero Luminoso Y aquí
deja una buena reflexión:
“A veces tengo la impresión de ser un turista en el
infierno. Sus ocupantes me hablan, pero saben que me voy a ir, que este
infierno no es mío, que los dejaré a ellos ahí y haré mi nota de prensa al
respecto.” (p. 162)
El otro aspecto destacable es la calidad del libro.
Roncagliolo me parece una magnífico escritor –de hecho he leído casi todo lo
que ha publicado-, y aquí lo demuestra sobradamente. El libro está escrito con
una gran agilidad a pesar de que el tema se podría haber hecho un tanto
farragoso si se hubiera dedicado a analizar la ideología de Guzmán, para lo que
sí tenía mucha información, sin embargo, se centra en lo fundamental, da de
forma muy clara las informaciones precisas para entender lo que se puede llegar
a entender de comportamientos tan extremos, y evita siempre entrar en lo más
morboso, que lo hay.
En otro orden de cosas, no teme aludir al tipo de
represión tan brutal e indiferenciada que se hizo por parte del ejército y la
policía. Un ejemplo de esto puede ser el siguiente fragmento:
“La Comisión de la Verdad sostiene que la cifra de
muertos y desaparecidos en conflicto supera los 69.000, y que casi la mitad de ellos fue víctima de las fuerzas
armadas. Pero si algo tienen en común las víctimas, no es que fueran senderistas
o militares, sino que eran pobres.” (p. 167)
Quizá esa pobreza pueda explicar cómo los soldados,
de tan humilde extracción como los campesinos que mataban, pudieran cumplir las
órdenes que les llegaban de quienes no eran precisamente pobres. Roncagliolo
cuenta algunas actuaciones que ponen los pelos de punta porque las hacen
quienes se supone que tienen que mantener el orden cumpliendo la legalidad.
Muy interesante me ha parecido la referencia al
papel que jugó el famoso Vladimiro
Montesinos en los Acuerdos de Paz.
Un libro muy recomendable para quienes estén
interesados en fenómenos como el de Sendero Luminoso y, más en general, para
quienes quieran disfrutar leyendo un libro muy bien escrito.
También es muy recomendable ver alguno de los
documentales que se han hecho sobre el tema, especialmente alguno que muestra
la actividad de los senderistas en la cárcel ya que resulta cuanto menos
sorprendente.
Santiago Roncagliolo, La cuarta espada. La historia de Abimael Guzmán y Sendero Luminoso.
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