Desde hace muchos años he ido leyendo todo lo que
caía en mis manos sobre el tema de los campos de concentración en general y
sobre los de la época nazi en particular. En este blog inicié una sección que
he titulado Mis temas recurrentes
precisamente con la entrada referida a este tema. En ella se recoge lo que
había leído hasta 2011, pero desde entonces he seguido ampliando la biblioteca
porque también se siguen publicando libros, particularmente memorias, sobre el
particular. En este contexto la obra que ahora comento creo que marca un
pequeño hito en las publicaciones sobre el tema concreto del Holocausto. De
hecho en el título original inglés aparece la expresión “Una nueva historia”.
Creo que para iniciar el comentario del libro de
Rees nada mejor que reproducir una larga cita del Epílogo que incluye la frase
con la que se cierra el libro:
“(…) no quería que este libro se basara tan solo
en los testimonios orales, y por eso cito también muchos discursos,
diarios y documentos de la época. Mi objetivo era tejer todo este material de
forma que examinara cómo se fueron tomando las decisiones del Holocausto,
contando también con la amplísima y excelente bibliografía que se ha escrito en
este campo desde la guerra.
A lo largo de los últimos veinticinco años, he leído muchas memorias impresionantes de
los supervivientes del Holocausto, así como diversos estudios académicos de gran
profundidad; pero no he encontrado una obra general que intente combinar tanto
la potencia emocional de los testimonios entrevistados de primera mano como el
análisis de las maquinaciones del Estado nazi, al estilo de lo que he intentado
hacer en este libro. De aquí mi esperanza, también a este respecto, de que la
presente obra sea al menos una parte de una “nueva historia”
(…)
Por último,
aunque el contenido del libro que ahora se acaba es angustiante, sigo pensando
que es importante comprender por qué ocurrió tal crimen; porque esta historia
nos cuenta, quizá más que ninguna otra, de qué es capaz nuestra especie.” (p.
529-531)
Aquí se deja constancia de lo que, en mi opinión,
constituye la principal aportación: el empleo sistemático de testimonios en su
gran mayoría inéditos de gente que vivió esa época. Lo hace, además,
con gente que estaba en diferentes situaciones pues junto a
supervivientes de los campos, entrevista a quienes hicieron de guardianes o a
ciudadanos normales.
También de la cita se desprende otro aspecto del
libro, en este caso no original, pero sí relevante y es que Rees no escatima
las descripciones del horror, y horrores, que se produjeron sobre todo en los
campos de exterminio; de ahí ese carácter angustiante que menciona y que a mí
me ha hecho tener que cerrarlo algunas veces para tomar aire y poder continuar,
a pesar de que, por lo que decía antes, soy alguien habituado a leer
atrocidades.
Reproduzco a continuación un fragmento como ejemplo,
sobre todo por la parte final:
“Lo que las cámaras
de gas ofrecían no era tanto una forma de matar a más personas en un solo día,
en comparación con los fusilamientos, sino un medios de hacer que el asesinato
resultara más fácil… para los asesinos.
En el verano de 1941
no estaba especialmente claro, para los nazis, que el medio más idóneo para sus
fines fueran las cámaras de gas. Es casi increíble, pero Widmann y su equipo
también probaron ideas como encerrar pacientes mentales en una especie de
refugio subterráneo y hacerlo saltar por los aires.” (p. 285)
El libro está
dividido en 18 capítulos que siguen un riguroso orden cronológico desde el
primero, Orígenes del odio, hasta el
último, Asesinar hasta el fin
(1944-1945). En todos demuestra el autor su dominio del tema así como su
enorme capacidad para contar las cosas con claridad y con gran agilidad. Rees
es productor y director creativo de documentales para la BBC y eso se nota. Es
un texto fácil de seguir aunque, como ya avisaba antes, no siempre fácil de
aguantar. Creo que lo recomendable es irlo leyendo poco a poco, como mucho un
capítulo al día, al menos es como yo lo he hecho.
En un libro así, que
además tiene más de 600 páginas, es difícil destacar algo. Quizá podría señalar
algunas de las cosas que más me han llamado la atención por diferentes razones.
Así: la diferenciación de tres formas de antisemitismo; la descripción del
sadismo como uno de los motivos de los asesinatos; el análisis que hace de la
conferencia de Wansee que resulta distinto al que se lee habitualmente; la
durísima crítica que hace de la actuación de las autoridades francesas y la
comparación que hace con respecto a la de las italianas; el triste papel del
papa Pío XII o, en otro orden de cosas, el detalle de la negociación de
Eichmann ofreciendo a los aliados 1 millón de judíos a cambio de 10.000
camiones.
A lo largo del texto
se ofrecen también multitud de cifras que resultan todas ellas realmente
brutales.
Además, hay un buen
repertorio de fotografías tanto en blanco y negro como en color.
Quiero terminar el comentario
con un fragmento que puse en las redes sociales el día que lo leí porque me
parece que es de una gran actualidad y de aplicación a nuestra realidad
política:
“Al igual que muchos
de los adversarios políticos de Hitler, Schuschnigg (el canciller austríaco)
tenía un perfil relativamente intelectual (…). Ante esta clase de personas,
Hitler era un contrincante casi invencible. Usaba el recurso de acumular
acusaciones, una detrás de otra, en rápida sucesión, sin dar tiempo a la respuesta.
Schuschnigg fue uno de los primeros estadistas extranjeros que cayó derrotado
por esta táctica (y tras él vinieron más). No pareció comprender que Hitler no
respondía a una argumentación intelectual. El líder alemán no era un estadista
“normal”, sin embargo. Ni aspiraba a llegar a un acuerdo satisfactorio para las
dos partes ni le importaba que los “hechos” que exponía fueran falsos.” (p.
149)
Rees ha escrito un
libro que de alguna manera podría considerarse el equivalente a lo hecho por
Claude Lanzmann con su serie Shoah. Si esta me parece lo mejor que se ha
filmado nunca sobre el Holocausto, el libro también me parece la mejor y más
completa síntesis sobre un tema del que hay una bibliografía tan abundante como
inabarcable.
Laurence Rees, El
Holocausto. Las voces de las víctimas y de los verdugos. Traducción Gonzalo
García.
No hay comentarios:
Publicar un comentario