Descubrí este libro en una reseña sobre el libro de
Jordi Amat El hijo del chófer. Se
comentaba que ambos libros de alguna manera se complementaban al ser uno de sus
temas fundamentales el poder en Catalunya tratado, eso sí, desde diferentes
perspectivas. Luego he descubierto que Torné es una escritor muy prestigioso
del que por ejemplo se ha dicho que: “es uno de los estilistas más dotados de
su generación” (New York Times Book
Review) o incluso que: “se lo puede colocar al lado de Philip Roth y Karl
Ove Knausgard: es un maestro del tono” (Independent).
Ambas citas extraídas de las elegidas por le editorial para la contraportada.
No soy crítico literario y no sé si será para tanto, pero desde luego sí que me
ha parecido un buen escritor y en muchos momentos me ha recordado, tanto por el
tema como por la forma y el ambiente, al gran Rafael Chirbes.
Sobre el contenido de esta novela prefiero dejar la palabra al autor, quien a la pregunta de Xavi Ayén en la entrevista que le hace en lavanguardia.com sobre cuál fue su primera idea responde:
“-Hacía mucho
tiempo que quería escribir una historia de amor asimétrica, entre dos
personajes que tienen como mínimo tres diferencias: las de clase (él es rico y
ella una trabajadora), de sensibilidad cultural (una es castellanohablante, el
otro catalanohablante), y de género (uno es hombre y la otra mujer, suele ser
común en los matrimonios). Hubo un tiempo en que me dejó impresionado que, cada
vez que encendías la tele, aparecía un político ingresando en la cárcel o en el
banquillo de los acusados, pero no de segunda fila, sino presidentes
autonómicos, ministros, líderes de partido... Damos por hecho que lo hacen por
dinero, pero es gente que tiene una personalidad pública, prestigio, poder, la
vida resuelta y, de repente, esa cosa bulímica de ponerse a robar y robar hasta
que los pillan y pierden la vida. ¿Quién domina a quién? El dinero se los ha
comido. Muchas veces no pueden ni recuperarlo, no les alcanza la vida para
gastarlo. El tema de esta historia de amor es el dinero, visto como pesadilla”.
Como se ve hay personajes suficientes para ir desde
la historia de amor hasta la crítica política, desde el análisis del poder
hasta el de la importancia del dinero, desde las señas de identidad hasta las
diferencias culturales y sociales. De todo ello trata esta novela que aunque
está dividida en cuatro capítulos, es en el segundo en el que se desarrolla lo
principal que se completa en el tercero con lo que les ha sucedido luego a los
protagonistas.
Al margen de los temas, creo que uno de los grandes aciertos del libro y lo que lo hace realmente diferente e interesante es la forma de narrar la historia. Sobre esto reproduzco lo que dice Santos SanzVillanueva en elcultural.com:
“Y la técnica narrativa ofrece registros tan distintos como el teatral del comienzo, el reportaje viajero del final o el sistema adoptado en el capítulo principal. Aquí lleva a cabo algo curioso. La narración de Violeta se interrumpe por los comentarios de Clara dirigidos a su novio. Mantener este rígido sistema durante 150 páginas resulta algo fatigoso, y retarda la acción. El estilo desdeña lo conversacional y practica un antinaturalismo lingüístico de una artificiosidad rebuscada.”
Por lo visto hay comentaristas que
han visto el libro como una crítica al procés.
Evidentemente hay una crítica, y fuerte, al ejercicio del poder en Cartaluña y
está claro que el referente de toda la novela es Pujol y su familia. También
hay más de un momento en que se transmite la idea del rechazo por parte de
algunos al que no tiene origen catalán. Así, por ejemplo, Montse, la mujer de
El Rey, se refiere muy despectivamente a Violet como “xarnega”. Sin embargo,
junto a ello hay ya al final una referencia a la política y los políticos de
Madrid que no salen precisamente bien parados.
Aquí sucede lo mismo que comentaba en la entrada anterior sobre el libro de Amat: aunque se hable de un lugar y de unas personas concretas, lo que se cuenta de los entresijos del poder, del dinero, de la corrupción, etc., es perfectamente aplicable a la política española. El mismo Torné dice en una entrevista con Ramón Vendrell en el periodico.com:
"El
político con reconocimiento social que se hunde por amasar una
fortuna no es un fenómeno catalán. En este sentido Convergència era un partido superespañolazo”.
Gonzalo Torné, El
corazón de la fiesta.
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