domingo, 28 de agosto de 2022

Otro buen descubrimiento de escritora mexicana


Aguilar se une a los casos de Fernanda Melchor y Brenda Navarro, otras dos magníficas y muy interesantes escritoras mexicanas que he descubierto en el último año. Las tres tienen en común un par de rasgos: por un lado, una preocupación por el lenguaje y un uso del mismo perfectamente adaptado a los personajes y, por otro lado, tratan siempre los temas desde una visión crítica de su país.

Esta novela de Aguilar desarrolla tres historias, a partir de tres narradoras distintas,  en capítulos alternos.

La primera tiene como protagonista a Alicia, una joven abandonada y recogida por una mujer que se dedica a la limpieza y que complementa su sustento acudiendo a un basural. Posteriormente también será abandonada por ella y se convertirá en dirigente de las gentes que viven de esa basura.

En la segunda, Griselda, una doctora que vive en El Paso, es la narradora y está realizando un estudio sobre la salud y la vida de los que viven de la basura. Vive con una tía que tiene Alzheimer.

Finalmente, en la tercera, narrada por La Reyna, una trans que dirige un grupo que se dedica a la prostitución, vemos cómo va recibiendo a diferentes personajes para iniciarlos en la profesión. Antes fue Raymundo que trabajó para la tía de Griselda.

Con estos moldes, la autora va contando las diferentes historias y dejando constancia de la pobreza, la discriminación, los abusos, el abandono, los problemas de la maternidad, y en el fondo de la violencia existente. Además, y esta es una seña de identidad, tal y como mencionaba al principio, cada personaje tiene su propia voz y su propia forma de expresión. Destacaría el lenguaje que utiliza tanto La Reyna como los personajes que aparecen en sus historias.

Son historias llenas de sensibilidad en su tratamiento y que llevan al lector a emocionarse en muchos momentos e incluso a sonreír en otros pues no falta un cierto sentido del humor a pesar de las circunstancias que rodean a los personajes.

Otro gran ejemplo de cómo con poco más de 200 páginas se pueden contar historias interesantes.

Por lo que he visto solo hay otra novela publicada por la autora que habrá que leer lo antes posible porque promete.

 

 

Sylvia Aguilar Zéleny, Basura.

 

 

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