En este último libro están presentes los tres períodos
aunque con diferente intensidad.
El libro narra la historia y las andanzas de Sergije Rudic,
un joven que vive en Belgrado donde trabaja como corrector de novelas de
aventuras, pero que los fines de semana acude a Novi Sad para visitar a sus
padres. En esta ciudad conoce a Inge, una alemana que ha heredado la vivienda
en la que viven los padres y que quiere venderla para dársela los Stepanov, una
familia necesitada con cuatro hijos. Si a estos personajes añadimos a Eugen Patak,
un judío que es un “enano harapiento”, tenemos prácticamente a todos los
protagonistas principales de la novela.
Tisma vuelve a utilizar la técnica de ir de vez en cuando
hacia el pasado para mostrarnos otros momentos en la vida de sus protagonistas.
Así, asistimos a los momentos en los que Sergije participa en la guerra, se
casa, su mujer muere, mata a un militar, trabaja de contable en Belgrado, se
vuelve a casar y tiene una hija que nace coja, etc. Lo mismo hace con el
personaje de Inge.
Cuento estos detalles como ejemplo del tipo de novela de que
se trata. Una construcción bastante clásica con un narrador que va contando
diferentes historias en las que el contexto social y político esta vez apenas
es enunciado. Así, la guerra, los abusos de los soldados rusos, el conflicto
entre la URSS y Yugoslavia, alguna medida como la devolución de las viviendas a
sus antiguos propietarios y poco más.
Pero estamos ante una narración en la que se nota la
maestría de su autor; muy pausada, tranquila incluso en los momentos de mayor
tensión, procurando siempre crear una atmósfera que vaya sugiriendo más que
mostrando muy explícitamente. Todo eso con una historia en la que hay amor,
celos, comportamientos mezquinos, pobreza, miedo, muertos,… Todo surgiendo de
forma fluida y avanzando hasta un final un tanto sorprendente.
Una magnífica forma de concluir un ciclo narrativo.
Hay una buena reseña de Koldo CF en unlibroaldia.blogspot.com
Aleksandar Tisma, Lealtades
y traiciones. Traducción Luisa Fernanda Garrido y Tihomir Pistelek.
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